El equipo redactor del proyecto de rehabilitación de las antiguas caballerizas del pazo de Lóngora para convertirlas en la biblioteca que acogerá los fondos del Centro de Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida) que ahora están en el castillo de Santa Cruz, ha destacado que la planta baja del inmueble será “totalmente accesible” , sin ningún tipo de barrera, y contará con puestos de consulta y de trabajo “idóneos para personas de movilidad reducida, sean trabajadores, investigadores puntuales o habituales”.

El arquitecto Fernando Agrasar, que también realizó la reforma de 2002 de este inmueble del pazo de Lóngora, ha destacado las “ilusiones y trabajo” puestos en este proyecto “cuidadoso que ha ido más allá del cumplimiento de la normativa”. Destaca de esta forma que las personas con problemas de movilidad sí podrán acceder a esta biblioteca y ser usuarios habituales de ella al poder situarse en la planta baja, sin ningún tipo de barrera, y decir que no pueden hacerlo es “una mentira de las gruesas” en la que incluso percibe “mala intención”.

El proyecto de reforma de las viejas caballerizas de la que fue la casa de Marcial del Adalid y Fanny Garrido, que el Ayuntamiento de Oleiros acaba de sacar a contratación, plantea una planta superior abierta a la que se sube a través de una escalera que será de uso restringido.

El arquitecto subraya también que no se pueden olvidar los “efectos positivos” que supone “recuperar para un nuevo uso un edificio infrautilizado”, y destaca también las “medidas de ahorro energético” que se prevén así como la “utilización de energía limpia”.

El proyecto de rehabilitación de este inmueble catalogado (licitado por 229.476 euros) prevé instalar estanterías de suelo a techo para aprovechar el espacio, a doble altura, y albergar todos los volúmenes relacionados con el medio ambiente que posee el Ceida.

El objetivo del Concello es vaciar la planta baja del castillo de Santa Cruz (donde está esta biblioteca) para trasladar allí las piezas de cerámica del Museo Kaydeda que ahora están en As Torres, y que por falta de espacio, están en su mayoría almacenadas y guardadas desde hace tiempo.