La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade ha iniciado el trámite administrativo para variar el trazado de la vía ártabra (AG-13) con el objetivo de alejarlo unos metros del río de A Gándara y también para poder iniciar la ejecución de la conexión con la Autopista del Atlántico, la AP-9. Esta actuación permitirá dar continuidad a las obras que se desarrollan en la actualidad en el tramo entre la Nacional 6, junto a Iñás, y la carretera autonómica AC-221.

El Ejecutivo autonómico asegura que cambia el trazado para “minimizar la afección a la zona húmeda” de A Gándara, “atendiendo a la petición del Concello de Cambre”. El proyecto hecho público ayer recoge que “la información aportada por la topografía de detalle permite encajar una glorieta sin afectar al río, evitando su canalización” y disminuyendo “los pasos sobre el mismo de tres a uno”. El acceso previsto en la AC-221 desaparece y en su lugar la Xunta ejecutará una rotonda y un vial que dará al polígono de Espíritu Santo, donde habrá un enlace de acceso a la ártabra.

“Con la propuesta de modificación del trazado se desplaza todo lo posible la traza para minimizar la afección al río de A Gándara y al área natural asociada al mismo, evitando hasta donde es posible las canalizaciones y las actuaciones sobre los ríos existentes”, afirma el Gobierno gallego en el documento.

La modificación del enlace de la AC-221 se motiva “en la priorización del futuro enlace con la autovía A-6 frente a la conexión” con la carretera comarcal, de tal modo que se permita realizar la futura conexión con la A-6, según señala Infraestruturas.

El área de peaje prevista en la vía ártabra también se verá reducida de tamaño tras conocer los requerimientos con el Ministerio de Transportes. De esta forma se puede alejar la carretera del humedal.

El tramo de vía ártabra entre la Nacional 6 y la AP-9 tendrá una longitud de tres kilómetros. Contará tres enlaces, tres pasos superiores y cuatro pasos inferiores.

El Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó ayer el anuncio del inicio del cambio del proyecto, que también incluye la modificación del contrato de obra para poder iniciar los trabajos entre la AC-221 y la AP-9. La actuación requiere la expropiación de 117 fincas.

El permiso para la unión con la AP-9, encauzado

La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade asegura que las negociaciones con el Ministerio de Transportes y Audasa para conectar la vía ártabra con la AP-9 están “encauzadas” y que se espera que la autorización oficial esté lista pronto, con lo que se pondría fin a este largo proceso, con el que se conocerá definitivamente si habrá un cobro directo al usuario. Una de las exigencias del Gobierno central para esta unión es la ejecución de una playa de peaje, que ya está prevista en el proyecto modificado anunciado ayer.

En relación a este enlace con la autopista, el Ejecutivo autonómico confirmó con la administración titular, el Gobierno central, y la concesionaria “la viabilidad de ejecutar la segunda fase de la vía ártabra simultáneamente con la fase primera, ya en construcción. “Esto permitirá avanzar en la conexión de la vía autonómica libre de peaje con la autopista estatal”, señala la Consellería de Infraestruturas.