El planeta ya se encuentra al borde del punto de no retorno, todo lo construido por el ser humano ya supera al peso de todos los seres vivos, ya hay más plásticos que peces en los océanos, los glaciares están desapareciendo, el cambio climático lleva el clima a los extremos y se asocia a la aparición de pandemias por la destrucción de hábitats naturales. En medio de la actual crisis sanitaria mundial, los mayores vuelven a dar una lección: su mayor preocupación para el futuro es el medio ambiente, la ecología, además de la educación. Ésta fue la cuestión que más ha sorprendido a Nuria Martínez, profesora del colegio plurilingüe de A Rabadeira en Oleiros que coordina la biblioteca, desde la que se está desarrollando una iniciativa intergeneracional que trata de salvar los obstáculos que imponen las restricciones sanitarias: los mayores de los talleres de memoria municipales envía vídeos para visionar en las aulas en los que responden a dos preguntas: cómo eran ellos de niños y cómo ven el futuro, aunque en estos vídeos han contado más bien lo que esperan que sea.

“Este año no sabíamos qué proyecto íbamos a hacer, nos decantamos por enfocarnos hacia el futuro y además de una entidad de cápsulas del tiempo que ya enterramos, también pusimos en marcha esta iniciativa para implicar a las familias. Los miembros de los talleres de memoria ahora no pueden venir a las aulas, por ser personas de riesgo, así que con vídeos cortos, otros con textos, nos cuentan su visión del futuro. Nos coordinamos con los talleres de memoria del Concello, que colabora siempre, y también subiremos después vídeos que nos envían las familias. Es una actividad preciosa y que emociona. Con la actual situación, están más desconectados y así se evita un poco. Escuchándolos me ha sorprendido que casi todos citan el medio ambiente como su mayor preocupación”, explica Nuria Martínez.

“Antes los tiempos eran difíciles, no siempre se podía estudiar, casi nadie tenía una carrera. Yo quise aprender a coser. No quiero hablar del COVID, lo que me preocupa bastante es la contaminación. Niños, mentalizad a los mayores”, relata Marivita, del taller de memoria de la capital municipal, en su vídeo.

“Yo de pequeña tenía muchos sueños. No me gustaba nada estudiar, quería ser dependienta y lo fui toda la vida y muy contenta, ese sueño se me cumplió. Para el futuro lo más importante es estudiar, prepararse”, cuenta Conchi, del taller de Santa Cruz. “Yo de pequeña quería ser ministra, pero no se me cumplió. Para el futuro lo que espero es que se cuide el planeta”, apunta Chani, también de Santa Cruz.

Herminia, del taller de Perillo, de niña quiso ser costurera y dejar la aldea, y lo consiguió. Tuvo taller propio y también trabajó para “una empresa muy conocida en A Coruña”. Tiene “confianza” en los niños de hoy, en que “cuiden mucho el planeta, reciclen y estudien mucho”. Paco, de Mera, espera que en el futuro haya “más solidaridad” y se eviten guerras.

Las ilusiones de niños no siempre se cumplen de mayores, y los mayores lo tuvieron más difícil. “A mí me habría gustado ir a clase como vais vosotros. Yo a los 8 años ya estaba sirviendo, nunca fui al colegio, voy ahora de mayor. Aprovechad y estudiad”, desea Chelo de Santa Cruz. “Yo quería investigar, ser médico, pero no fue posible. Para el futuro creo que es importante la investigación”, indica Lola de Perillo. “Mi ilusión de niña era tener una tienda y dejar el campo. Espero que en el futuro haya salud, trabajo y estudio”.