Promovió en el colegio Isidro Parga Pondal de Oleiros Limpamundos SA, una brigada de niños que se turnaban para patrullar el patio y recoger la basura y que en diciembre de 2017 recorrió las calles y locales entregando pegatinas diseñadas por ellos en las que pedían ahorrar agua, no arrojar basura al suelo, reciclar. A esta campaña de sensibilización medioambiental, más visible que muchas institucionales, siguió en mayo de 2018 un congreso sobre infancia en la Universidade da Coruña en la que, junto a destacados expertos, participaron como ponentes, con ocho y nueve años, varios escolares del proyecto Limpamundos. Después diseñaron espacios del edificio de Grao de Terapia Ocupacional, inventaron máquinas para mejorar el mundo, diseñaron su aula ideal y la llevaron a cabo. Un día vienen perros a la clase, otro graban un cortometraje, hablan por Skype con una profesora de Perú y aprenden la historia de este país. Este largo currículo lleno de proyectos y pasión por la enseñanza llevó a Alicia Tojeiro Ríos a ser finalista dos veces de los Premios Educa Abanca y ayer le comunicaron que había ganado esta edición: es la mejor docente de España de Educación Primaria.

A la tercera fue la vencida.

Estoy muy contenta porque siento que ganan mis principios, mi filosofía, mi vocación. No yo, sino en lo que yo creo, en los valores del respeto, la solidaridad, la empatía. Gana la escuela del corazón. En 2020 ya ha quedado demostrado que esto es más necesario que nunca. Y queda demostrado que esas frases que tenemos colgadas en el aula, de motivación, como nunca dejes de soñar, el esfuerzo siempre tiene recompensa, no eran solo frases idílicas, y es importante que los niños lo vean, la importancia de la resiliencia.

¿Qué significa este premio para usted?

Estoy muy agradecida a este premio Educa Abanca porque permite visibilizar este esfuerzo del profesorado pero también es un reconocimiento a las familias que hacen posible todo esto, que los padres apoyen estas iniciativas diferentes de educar y además colaboren y propongan, es muy importante. No hay educación sin familias. La escuela educa pero las familias hacen que todo sea posible. Ellos me propusieron para este premio y me han estado llamando y mandando mensajes todo el día [por ayer]. Las madres están igual de emocionadas que yo. Es un regalo de Reyes.

Todos los proyectos que ha llevado a cabo estos años, dentro de una disciplina de nueva educación en la que se trata al alumno como un igual, se potencia su iniciativa, su capacidad creativa para inventar máquinas que cambien el mundo, ¿cree que es una buena preparación para estos adultos del futuro, o incluso más pronto, para que estos niños lleven mejor acontecimientos y cambios tan brutales como esta pandemia?

¡Claro! El año pasado hicimos una transformación tremenda del aula, los niños entre todos diseñaron su aula ideal y la creamos, con sofás, pufs, cojines...Queríamos crear un espacio en el que se sintiesen felices. Y al llegar esto, el virus, se rompió todo, tuvimos que sacar cosas, cambiar otras. Pero nos adaptamos, no dejamos de hacer nada. Al no poder juntarnos, pues hacemos las cosas desde la silla, por ejemplo. Solo es cuestión de pensar y adaptarse. Y todo lo que hemos hecho, ha sido la mejor preparación para estas circunstancias porque los niños están acostumbrados a los cambios, a las sorpresas en el aula, que un día entren unos perros por ejemplo. Están acostumbrados a pensar y a buscar soluciones. Tenemos en el aula una comisaría donde unos hacen de policías, anotan conflictos entre ellos, oyen a las partes y resuelven. Tienen autonomía, saben resolver, crear redes con el exterior, buscar alternativas si falla el ordenador, la tablet...

Se habla de médicos y enfermeros como héroes, pero los profesores han hecho un esfuerzo sobrehumano para poder mantener las clases, el nivel de enseñanza, desde el confinamiento.

Fue muy duro. Yo empecé este pasado mes de septiembre muy baja. A través de una pantalla no es ni parecido, no todas las familias se pueden conectar, hay que compatibilizar los horarios de padres y de niños, entre los alumnos no pueden interaccionar... Ha sido un esfuerzo brutal de todos, agotador. La tecnología no sustituye al contacto humano. Pero hemos vuelto al aula y hemos aguantado todo el trimestre y yo he revivido. Durante el confinamiento hicimos un videoclip con vídeos cada uno en su casa, porque rendirse no era una opción, había que demostrarles que todo iba a salir bien, hicimos muchas iniciativas como el Jarabe de la Risa... Y todo siempre gracias a los padres.

Este premio reconoce además esta nueva enseñanza que usted promueve. Solo falta que se apueste por ella desde las instituciones en lugar de aprobar leyes educativas cada mandato.

Con este premio se da visibilidad a los profesores que están trabajando en nuevas corrientes de enseñanza, se empezará a ver como algo normal, y terminará por instaurarse. La gente va a ver que en la escuela, además, se va a ser feliz. A aprender contenidos pero también a ser feliz, a escucharse, a aprender a ser solidarios.