El catedrático emérito de Geología de la Universidade de A Coruña, Juan Ramón Vidal Romaní, tiene la “absoluta seguridad” de que el hallazgo en la playa de Bastiagueiro, que la Xunta tiene ahora en laboratorio para su estudio, es una “exposición producida por la erosión de las olas”, que ha expuesto “los restos de un bosque fósil, de edad holocena”.

A pesar de que las primeras hipótesis apuntaban a un posible vertido de hidrocarburo o incluso restos antiguos del Prestige por su aspecto oscuro sobre la arena, los técnicos de la Consellería do Mar que fueron a analizarlo ya apuntaron que podía tratarse de turba.

Vidal Romaní señala que estos denominados bosques fósiles son de la edad holocena, es decir, de hasta 15.000 años de antigüedad, pero el de Bastiagueiro, teniendo en cuenta otros afloramientos similares hallados en el Golfo Ártabro (como el de la playa de Santa Cruz), sería “un poco más moderno”. Este experto y referente en Geología en Galicia lo sitúa concretamente “entre 4.500 y 7.000 años”.

“Una de las características de este tipo de depósitos es, además de su color negro que es el de la tierra vegetal de cualquier suelo de Galicia, la presencia de troncos carbonizados que se acumulan entre la materia orgánica. Una característica muy elocuente es que en la base del bosque aparecen cantos rodados que son normalmente de cuarzo”. Estos cantos rodados y los trozos de tronco eran visibles precisamente entre los restos aparecidos en este arenal oleirense, donde no es habitual este tipo de hallazgo.

El Concello publicó a través del Ceida hace tiempo un pequeño opúsculo, Historia Geológica del Golfo Ártabro, donde exponía información sobre estos afloramientos.

Vidal Romaní y la profesora Aurora Grandal D’Anglade, publicaron Nota sobre la última transgresión marina en la costa de Galicia (Cadernos Laboratorio Xeolóxico de Laxe) donde subrayan que desde hace 12.700 años, el final del Pleistoceno, hasta hoy, se han producido “efectos dramáticos en toda la orla litoral de la costa” gallega por el ascenso del nivel del mar, lo que reduce el ancho de la plataforma continental de las playas y la arena migra hacia el continente. Afirman que actualmente se ha alcanzado prácticamente el “límite del avance transgresivo”, y el mar está destruyendo de forma “acelerada” las playas.

Esta situación provoca la “exhumación”, que salgan a la superficie “niveles de antiguos bosques y su fauna asociada, presentes desde el inicio del Holoceno”, y que “efímeramente” vuelven a verse antes de ser destruidos definitivamente de nuevo por las olas.