El Ayuntamiento de Oleiros comunicó a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural su intención de demoler los restos de la Casa Carnicero de A Pasaxe el 30 de diciembre de 2020 a las 14.27 horas, dándole a este organismo un plazo de 24 horas para que pudiese “alegar lo que estime oportuno” , pero “advirtiéndole de la responsabilidad en la que pudiera incurrir en el caso de oposición a la demolición del inmueble acordada por razones de emergencia y la producción de daños”. A las 14.00 horas del día 31 ya estaban en la zona obreros de López Cao y después se acercó la grúa y por la parte trasera, la excavadora, y los trabajos de demolición comenzaron una hora después.

El alcalde, Ángel García Seoane, explicaba en este escrito a Patrimonio que el 29 de diciembre de 2020 había acordado declarar la situación de ruina técnica y económica de esta vivienda protegida y gravemente afectada por el incendio del pasado mes de julio, y también que se procediese a su demolición “previa redacción” del proyecto “y con autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural”. Señalaba también que este inmueble ya era propiedad municipal tras la cesión de sus propietarios y la formalización en escritura el 17 de diciembre.

Se explicaba además en este escrito que en las inspecciones realizadas durante la tramitación del expediente de ruina se apreció “el grave deterioro” en el que se encuentra el inmueble, con un “agravamiento rápido” debido a las “inclemencias meteorológicas” y existía una “inminente situación de peligro de derrumbe” de partes de la casa, con posibles daños a personas y vehículos al estar al borde de la Nacional VI. Por eso se indicaba que era urgente tirarlo y por decreto del 30 de diciembre se declaró la “emergencia de la obra de demolición”. La emergencia ante el peligro para las personas es la excepción que existe al deber de conservar un inmueble protegido y el alegato principal del Ejecutivo local.

El día del derribo, una hora después de iniciarse los trabajos, sobre las 16.00 horas, llegaron dos agentes de la Policía Autonómica (en un vehículo no rotulado) y paralizaron los trabajos pero tras comprobar la documentación de los responsables de la obra dieron luz verde a continuar con la demolición, tras identificar a todos los presentes.

El PSOE ve “nula” la adquisición porque carecía de valor al vender el aprovechamiento

El PSOE de Oleiros mantiene dudas sobre la legalidad de la adquisición de la Casa Carnicero por parte del Ayuntamiento en diciembre del año porque la Ley de Patrimonio y el reglamento de Bienes de las Entidades Locales manifiestan que los organismo públicos solo pueden aceptar “herencias, legados o donaciones” que tengan alguna condición onerosa “si el valor del gravamen impuesto no excede del valor de lo que se adquiere”, y esto según una tasación pericial. El portavoz socialista Jorge Pérez, tras estudiar parte de la documentación que el Gobierno local ya mostró a la oposición sobre este asunto, tras forzar un pleno extraordinario que debatirá este derribo el próximo día 28, subraya que un decreto de Alcaldía de agosto de 2020, tras el incendio de la casa, señala que este inmueble “carece de valor dado que el aprovechamiento urbanístico fue objeto de venta previa en el procedimiento de compensación”. El Concello asumió los gastos notariales y registrales derivados de la cesión de la construcción, además del pago de la futura plusvalía. Pérez destaca que un informe de la Secretaría general fijó el valor del gravamen oneroso asumido a un total de 4.237 euros por el IBI y 2.643 euros de plusvalía. Como el inmueble carece de valor el edil concluye que existe una “doble infracción” a la legislación, el valor del gravamen supera el valor del bien recibido y entiende que la adquisición a título gratuito de la casa es “nula de pleno derecho”: