Tal y como sospecharon los técnicos de la Xunta al ver in situ los restos y como aseguró el catedrático emérito de Geología de la Universidade de A Coruña, Juan Ramón Vidal Romaní, las manchas negras aparecidas en la playa de Bastiagueiro el pasado 17 de enero eran turba o turbera, restos de material orgánico en descomposición (madera, hojas), no contaminantes.

La Consellería do Mar confirmó ayer que las manchas son “turba” según los análisis efectuados en un laboratorio de la Universidade. Aunque aún falta el informe final de los expertos, ya han adelantado que son restos de origen vegetal.