El juzgado de Betanzos investiga las causas del fallecimiento del militar retirado hallado muerto en su piso de Teixeiro y tomará medidas para intentar localizar a sus familiares, si es que los tenía. A falta de los resultados de la autopsia, todo apunta a que José Luis G. L, de 77 años, falleció por causas naturales. La Guardia Civil sospecha que podría llevar hasta siete meses muerto, dado que había dejado de pagar el alquiler del piso en la calle Castelao en agosto y era “cumplidor”, confirman sus caseros.

Los bomberos de Betanzos y la Guardia Civil localizaron el domingo el cadáver de este militar retirado natural de León. Fueron los propietarios del piso los que dieron la voz de alerta, preocupados por los impagos de este inquilino que nunca antes les había dado problemas y que pagaba siempre la renta con anticipación. La hija del propietario del piso relató a los agentes que habían intentado contactar con él en varias ocasiones en los últimos meses sin resultado.

Los bomberos y los agentes de la Guardia Civil encontraron el cadáver en la cama. El cuerpo se encontraba en avanzado estado de descomposición, medio momificado. Imposible identificarlo. Algo que llamó la atención de todos fue el celo con el que este militar velaba por su seguridad. Hasta el punto que esparcía harina en el suelo de la entrada para detectar la presencia de intrusos y que había instalado una alarma exterior y un sensor de movimientos.

Durante todos esos meses, nadie alertó de la ausencia de este leonés, aunque en el vecindario sí causaba cierta extrañeza el tiempo que llevaba sin mover el coche del garaje y sin cruzarse con nadie en el rellano o en la calle. Era “solitario”, afirman los residentes, que percibieron además episodios pasajeros de hedores que no relacionaron entonces con el deceso. La emergencia sanitaria del COVID-19 también pudo haber influido en esta demora en encontrar el cadáver, apuntan en la zona, dado que llevó a algunos a vincular su prolongada ausencia con las recomendaciones a permanecer en casa para evitar contagios.

En Teixeiro, poco saben de la vida de este militar jubilado, que se había mudado hace unos tres años al tercer piso de un edificio situado justo enfrente al ambulatorio. Era un hombre callado, educado y poco comunicativo, cuentan los residentes. Raro era el día que no llevaba gafas de sol y se desplazaba en un coche con las lunas tintadas, añaden.

Desde el Concello de Curtis destacan también el carácter reservado de este vecino, que prestó servicio durante muchos años en Almería y que en 2003 se trasladó a Curtis, a una casa de su propiedad en A Hedrada, en la parroquia de Foxado.

Desde el Ayuntamiento relatan que José Luis G.L. había declinado el ofrecimiento de los servicios sociales municipales de participar en un programa de acompañamiento a personas mayores. Hasta donde saben, dicen, no tenía familiares cercanos. El alcalde, Javier Caínzos, trasladó ayer ya su disposición a colaborar con la justicia en la búsqueda de allegados.

El cuerpo ha sido trasladado al Imelga para la autopsia, que deberá aclarar las causas y momento de su muerte y confirmar definitivamente la identidad del fallecido.