La creatividad y la originalidad destacaron en el concurso de disfraces telemático organizado por el Concello de Cambre. Tras la cancelación del Carnaval tradicional por el coronavirus, el Gobierno local invitó a los vecinos a enviar fotografías de sus disfraces desde casa.

La pandemia del COVID-19 inspiró algunos de las propuestas ganadoras. Tanto es así, que no faltaron las alusiones y guiños al personal sanitario, a la vacunación e incluso a las restricciones sanitarias para frenar la expansión del coronavirus.

En el concurso, el Concello de Cambre estableció tres categorías: infantil, adultos y convivientes. Entre los más pequeños, el mejor disfraz fue el de Antón, que se convirtió en percebeiro por un día. Hasta le construyeron un barco de color rosa y posó con un chubasquero de color amarillo y sacos de conchas.

En la categoría de adultos, una marioneta sorprendió al jurado. Se trata de una mujer vestida de rojo y blanco, como si fuese una muñeca, manipulada por hilos. Hasta el entorno le acompaña, ya que pintó en la pared con tizas un pequeño teatrillo en el que se lee la palabra monicreque. El tercer primer premio, dentro de la categoría convivientes, se lo llevó la pareja que recreó la escena A meiga do pantano de Cecebre.

Entre el resto de premiados destaca un niño disfrazado de médico, con una ambulancia de cartón y una jeringuilla para vacunar contra el coronavirus, y una abuela rockera. Se presentaron también una familia dedicada al circo, con tigre incluido, y un bebé astronauta.

El jurado estuvo compuesto por la vocalista del grupo Black, Iria Mejuto; por el muralista Yoseba MP; y por la ceramista Laura Delgado. Para decidir los ganadores, valoraron la creatividad, originalidad, estética, conservación del Entroido tradicional, el uso de materiales reciclados, la presentación de las propuestas y el uso del gallego.

La concejala de Cultura, Mónica Varela, expuso que, con sus imágenes, los vecinos han conseguido “mantener viva una de las celebraciones con más historia en el municipio como es el Entroido Pequeno Máis Grande do Mundo”. Varela explica que, con esta propuesta, “se buscó evitar el riesgo de contagio por el COVID-19, ofreciendo a los vecinos una opción segura para todos y que evitara, además, que esta tradición se perdiera”.