La Audiencia Provincial ha condenado al organismo Xestión do Solo de Galicia (Xestur) a abonar unos 52.000 euros más intereses a las propietarias de dos viviendas en la urbanización Mesón da Auga en Oleiros por los defectos de construcción de estas casas de protección oficial que compraron en el año 2008. Esta sentencia se suma a la emitida en 2018 por el Juzgado de Primera Instancia Número 12 de A Coruña, confirmada después por la Audiencia, que ordenó a este organismo autonómico a pagar 290.000 euros a dueños de once viviendas por los numerosos vicios ocultos en sus construcciones.

Esta nueva resolución judicial se emite después de que otros dos propietarios de esta urbanización acudiesen a los tribunales en 2018 después de intentos de conciliación y solicitudes a Xestur para arreglar los desperfectos de sus casas, sin respuesta. Inicialmente perdieron el pleito ante el Juzgado de Primera Instancia Número 9 de A Coruña pero ahora la Audiencia ha revocado esta sentencia y ha estimado en gran parte las peticiones de las afectadas. Solicitaban una indemnización por los daños y perjuicios en sus hogares de 47.044 y 52.340 euros, respectivamente. Los magistrados en este fallo rebajan las cuantías en un caso a 26.081 y en otro a 26.524 euros.

Las demandantes denunciaron defectos en las cubiertas y en el mortero de la fachada, en los canalones de recogida de pluviales, en las puertas de los garajes, humedades y filtraciones de agua a través de las rejillas de ventilación de los cuartos de baño y defectos de aislamiento en las cajas de las persianas, falta de aleros, una escasa calidad de la carpintería exterior e incorrecta colocación, con ventanas sin rotura de puente térmico que generaron condensaciones, chimeneas de ventilación en los baños. Al entrarles el agua además se les levantó el parqué.

Xestur alegó que muchas patologías en estas construcciones se debían a la falta de mantenimiento y limpieza de los dueños, como no ventilar, por ejemplo, y aseguraron además que no estaban inhábiles para ser habitadas. Argumentaron también que muchas reparaciones pedidas supondrían un enriquecimiento y defendieron la prescripción del plazo para demandar por defectos constructivos.

El letrado de las demandantes, del despacho Fernández y Luaces, alegó además de vicios constructivos, incumplimiento de contrato porque les entregaron algo que no era lo que contrataron ni con las calidades contratadas, y dicho incumplimiento prescribe a los quince años, argumento que la Audiencia estimó.

“La mayor parte de los defectos que se alegan afectan claramente a la habitabilidad de las viviendas, causantes de graves problemas que producen filtraciones de agua y humedades de condensación generalizada, no tolerable”, señala la sentencia, que deja acreditado que, al hacer una cata, se comprobó que el enfoscado de 1,5 centímetros previo al 1,2 centímetros de mortero de las viviendas, nunca se aplicó. “Es claro que concurre un incumplimiento contractual reconocido del proyecto de ejecución al no incluir el enfoscado previo al mortero monocapa de 1,5 cm”, sentenciaron los magistrados.

Xestur el pasado 15 de febrero acordó en junta de accionistas reducir su capital en 3,9 millones de euros para restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto de la sociedad, disminuido por pérdidas.

Tres demandas más pendientes, de fallo

La urbanización Mesón da Auga en O Carballo son 110 viviendas unifamiliares y cinco bloques de pisos de protección oficial que se vendieron en 2017 en su mayoría y en 2018 ya se otorgó la licencia de primera ocupación. Estas viviendas construidas por Xestur para familias de recursos modestos mostraron desde el principio todo tipo de vicios ocultos. Les llovía dentro de casa por el hueco de la bombilla, se les levantaba la pintura, el agua del retrete subía hacia arriba. Había bajantes con la inclinación en sentido contrario. En las catas a las viviendas se comprobó, como han acreditado los magistrados en esta sentencia de la Audiencia, que la capa inicial de la fachada nunca se aplicó, y otras se pusieron con menos espesor del que figuraba en el proyecto. Estas deficiencias que han obligado con los años a muchos propietarios a irse a vivir a otro lugar de alquiler por las humedades y filtraciones, también han obligado a estos afectados de economías humildes a tener que ir a abogados a gastar dinero para tener simplemente lo que compraron, un hogar como les prometieron. Otra sentencia de 2018, de este mismo despacho de abogados, dio la razón a otros once compradores. Pero además están pendientes otros tres procedimientos en los juzgados contra Xestur: dueños de tres bloques de quince pisos, otros dos de unifamiliares y otras cuatro viviendas. Queda una reclamación de tres casas además, pendiente de demanda.