El Ayuntamiento de Oleiros en enero de 2019 denunció corta de arbolado sin licencia municipal y daños en los caminos de Dexo por una gran tala; en enero de 2020 el alcalde denunció una tala ilegal y robo de madera en cinco montes de Maianca y en marzo de ese año un juez sentenció que Fenosa debía pagar 31.000 euros al Concello por una tala en Liáns. El mes pasado el regidor realizó otra denuncia, una tala sin licencia “y a matarrasa”, destrozando caminos, de nuevo en la zona de Maianca, por lo que anunció la imposición al maderista de las multas más elevadas que permite la normativa y anunció que se le iban a “parar los pies” a estos empresarios de la madera. Preocupado por estas cortas, el Gobierno local encargó, mediante un contrato menor, una asistencia técnica para vigilarlas.

Por un importe de 17.847 euros, IVA incluido, el Concello oleirense contrató a Jardincelas, una de sus contratas de mantenimiento de zonas verdes, un servicio de control y vigilancia sobre el terreno de las talas de madera para las que se pidan permisos (autonómico y municipal).

El Ayuntamiento aprobó a finales del año pasado una Ordenanza Municipal Reguladora de Plantaciones y Talas de las Masas Forestales, Conservación y Fomento de Especies Autóctonas de Oleiros también para controlar estas cortas de arbolado que se producen sobre todo en Dexo y en Maianca, dos de las zonas con mayor bosque y monte aún.

En esta normativa se prohíbe la plantación de eucaliptos, se obliga a realizar una plantación compensatoria con arbolado autóctono, se imponen fianzas antes de la tala de entre 1.500 y 3.000 euros y el propio Concello se ofrece a repoblar el monte talado, a razón de 3.000 euros la hectárea. Esta normativa además prohíbe que en el terreno trabajen vehículos de más de diez toneladas en los días de lluvia, para evitar los destrozos en caminos públicos.

La mayor parte del arbolado del municipio, no obstante, no se pierde por las cortas de particulares sino por la construcción de urbanizaciones. Así ha ocurrido en O Paraíso al borde de la ría de O Burgo, con la tala de más de 400 ejemplares; con las talas de todos los árboles de la zona de Xaz donde ahora se construyen las viviendas y se ejecutó el campo de golf, además de los plátanos centenarios del vial que comunicaba con Meirás, para ejecutar el acceso a la urbanización. Gran parte de los árboles, sobre todo sauces, de la única bolsa de suelo verde, sin construir, en la urbanización Icaria, también se perderán para ejecutar una nueva fase con viviendas y edificios comerciales y de oficinas.