Decenas de vecinos se concentraron ayer en Guísamo, ante la sucursal del Banco Santander, para protestar contra los planes de la entidad de cerrar la oficina bancaria, la única que queda en el núcleo, y trasladarla al polígono. Los residentes en la zona denuncian la merma de servicios y las dificultades que tendrían, sobre todo las personas mayores, para realizar sus gestiones a través de cajeros o banca electrónica y para desplazarse a la sucursal más próxima, “en el polígono, a cuatro kilómetros, y con pocos servicios de bus”, apuntó el vecino Pablo Santiso, que acudió a la manifestación con su madre, Sandra Vázquez. La alcaldesa, Alejandra Pérez, acudió también a la movilización. El Concello reclama al Santander que reconsidere su decisión de cerrar esta oficina ante el “grave perjuicio” que ocasionaría a los vecinos.

Al grito de consignas como “A clientela hai que atendela” o “Nuestro sacrificio, su beneficio”, cerca de cuarenta personas manifestaron con sus voces, pancartas y algún megáfono su rechazo al cierre. Discrepan con la clausura, además, en un momento en el que, aseguran, crecen los negocios y hay “cada vez más comercio” en el núcleo. “Es vergonzoso que cuando no había nada de empresas no había bancos y ahora que está lleno de empresas nos quitan un banco”, criticaron durante la manifestación vecinos del edificio Gómez Cao, en cuyos bajos se ubica la sucursal del Santander que se prevé cerrar.

“Muchas empresas en Bergondo dependen de esta sucursal para hacer ingresos, pagos o llevar cheques. Ahora todo tendrá que ser con cajero o banca electrónica. ¿Y si no te defiendes qué haces? ¿Contratas a una persona para eso”, critica Sandra Vázquez. “Es quitar una sucursal que sí que tiene funcionamiento, en un núcleo con comercios y de paso, al que viene gente de otros ayuntamientos”, apunta.

Los vecinos denuncian las dificultades que tendrán, en especial, las personas mayores. “A la gente mayor le dicen que haga las gestiones por banca electrónica. ¿Y si no se defienden? No tiene sentido”, lamenta Pablo Santiso. “Nos quitan unos servicios que estamos pagando, para eso pagamos comisiones y tenemos el dinero en el banco”, añade su madre.

El traslado de la oficina del Santander al polígono supondrá que el núcleo de Guísamo se quede sin oficina bancaria. Tras los cierres de los últimos años, la sucursal que se proyecta reubicar en el polígono será la única que habrá en el ayuntamiento bergondés, junto con la de Abanca que queda en San Isidro.