Educadora social y experta en género y educación emocional, Sara Vierna trabaja con familias, alumnado de institutos y colegios, con Universidades y personal de Servicios Sociales desde la consultoría de educación, género y crecimiento personal Almas Meraki. En 2018 comenzó en Oleiros con los talleres para madres y padres sobre la adolescencia. “En 2018 el Concello fue bastante pionero en ver que se estaban moviendo muchos temas en la adolescencia. En Servicios Sociales supieron ver que estaban pasando cosas que antes no pasaban, una de esas cosas eran las redes sociales”, explica Sara Vierna. De ahí surgió la idea de un curso para padres sobre adolescencia pero Servicios Sociales vio que era necesario profundizar y se crearon los obradoiros que ahora se imparten todos los años.

“La participación de madres y padres es espectacular. Creamos un espacio de encuentro entre familias donde se tratan competencias emocionales, regulación emocional, comunicación no violenta, técnicas de mindfulness... Hay un imaginario social sobre la adolescencia, con mitos que no tienen sentido, se dice que la adolescencia hay que pasarla, se ha naturalizado, y no es así, la idea es cómo vamos a disfrutar con los retos de la adolescencia, el momento en el que los hijos dejan la dependencia total, los padres tienen que reaprender un nuevo rol y disfrutarlo, no sufrirlo. Es un momento de aprendizaje muy potente para las dos partes”, señala Vierna.

A los problemas habituales entre madres y padres y los hijos adolescentes, de enfados y desencuentros, se une ahora la pandemia. “Yo no querría ser adolescente ahora, es muy difícil gestionar el mundo académico, las redes sociales que te distraen constantemente, y esta situación. Los jóvenes tienen ahora más niveles de nerviosismo, de adrenalina, unido a las pantallas, las redes, les crean niveles de ansiedad muy altos”, indica esta educadora, que señala los cambios positivos que también ha notado en los jóvenes: “Más abiertos a la diferencia como algo positivo, a los temas LGTBI, a la visibilización de distintos cuerpos”.

“En estos últimos meses detectamos ansiedad y apatía por la vida en unos niveles que nunca habíamos visto. Para que se desarrollen de forma saludable necesitan una conexión, afecto, contacto presencial, y todo lo que reciben es una alerta continua y todo punitivo, no salir, podéis contagiar a vuestros padres y abuelos. Es una alerta continua que no les está permitiendo crecer tranquilamente”.

Vierna subraya el gran cambio producido en los padres de hoy, con una maternidad y paternidad más consciente, “muy preocupados por cómo educar mejor, acompañar a sus hijos”, yendo a talleres para saber cómo afrontar los problemas, algo que en generaciones anteriores no ocurría. “En estos talleres aprenden autoempatía porque muchos se sienten culpables, si por ejemplo utilizaban los castigos. Hay que sacarles esa carga, mirad, lo hacéis lo mejor que podéis, hay que valorar que se abren a cambiar”.