El sector de las instalaciones deportivas se ha visto duramente golpeado por la crisis del COVID, que ha provocado que muchos de sus usuarios hayan dejado de acudir por miedo a contagiarse, lo que ha supuesto un considerable descenso en la recaudación. Esta situación se mantiene en el tiempo. Primero fue el confinamiento ordenado por el Gobierno central y después el incremento de contagios y el aumento de las restricciones. La piscina municipal de Arteixo es una de las afectadas. Los datos del Servicio de Deportes revelan que actualmente el número de abonados titulares es la mitad que en el momento en el que comenzó la crisis sanitaria. En concreto, en marzo de 2020 había 3.198 abonados y a día de ayer la cifra era de 1.600.

El Concello señala que el descenso de usuarios de las instalaciones deportivas es “una tónica general en el sector fitness en todo el territorio nacional (más de un 50% menos de cifra de negocio)”. Si se mira el número de personas que usaban la piscina (un abono permite tener a varios usuarios), en marzo del pasado año había 6.695 y ayer había 3.200, según los datos del departamento de Deportes.

El Gobierno local asegura que la concesionaria del complejo deportivo de la piscina, BeOne, no ha solicitado, por el momento, un reequilibrio de la concesión ante la bajada de ingresos registrados en los últimos meses a causa del COVID.

La piscina de Arteixo se vio sometida a una importante reforma que se completó en 2015. Entonces se habilitó un segundo vaso, seis salas para actividades polivalentes y un nuevo gimnasio.

En las últimas semanas, el Concello inició la construcción de la piscina de Meicende, una vieja promesa por parte del Concello de Arteixo desde hace años. La empresa adjudicataria es Construcciones López Cao, que ejecutará la instalación deportiva como la urbanización del entorno del inmueble.