La construcción de una planta de residuos en la parroquia de Lubre, concretamente en el lugar de Obra de Paño, ha disparado las alertas entre los residentes en este núcleo rural, que se han movilizado para combatir una actuación que consideran totalmente incompatible con el entorno. El Concello de Bergondo apoya las demandas de los vecinos y ha encargado un informe con el que pretende desmontar punto por punto el informe de impacto ambiental presentado por la promotora Celso Núñez SL que, denuncia, incluye datos sesgados o directamente falsos.

La planta está prevista en una parcela de 22.062 metros cuadrados calificada casi en su totalidad como suelo rústico y afectada por el Plan do Litoral, que incluye el ámbito en la zona de corredor ecológico por lo que a efectos de ordenación, como admite la promotora, se considerará suelo rústico de especial protección de espacios naturales. La promotora defiende que la parcela es compatible con la instalación de una planta de residuos y justifica el emplazamiento por su cercanía a los polígonos industriales de Espíritu Santo y Bergondo.

Celso Núñez SL resta importancia al impacto sobre el medio ambiente y la población y descarta instalar la planta en un polígono industrial, opción prioritaria para la Xunta, porque, alegó inicialmente, supondría un importante desembolso “al tener que adquirir una parcela de grandes dimensiones difícil de encontrar y que encaje con la actividad”. Argumenta el bajo impacto de la actividad en el entorno y defiende que la implantación de la planta permitirá dar una actividad a la finca y contribuir a frenar el “crecimiento desmesurado de la población de jabalíes”.

El promotor prevé que el acceso rodado se realice a través de la carretera provincial DP-0812. El plan recoge la conexión a la red municipal de aguas y saneamiento y el aprovechamiento de las infraestructuras eléctricas de la zona. Sobre los residuos apunta que serán industriales no peligrosos y detalla, que se tratarán escombros de construcción y demolición, maderas, plásticos, textil, voluminosos, papel, cartón, metales, vidrio, inertes o biodegradables, aunque admite que, aunque no se contempla admitir residuos peligrosos, podrían llegar mezclados. Prevé tratar parte de los residuos con machacadora y biotrituradora.

El Concello de Bergondo apela en sus alegaciones al impacto de esta planta de residuos en un entorno rural y en especial a los efectos adversos tanto a nivel de ruido como de emisiones en una zona en la que predomina el uso residencial.

El informe municipal, que respalda la Corporación al completo, llama la atención sobre las omisiones o los datos directamente “falsos” que recoge el proyecto. Destaca en primer lugar que la parcela no cuenta con acceso a la red de saneamiento municipal y considera “increíble” que Augas de Galicia emita una resolución favorable “sin comprobar los datos falsos que presenta la empresa”.

El Ayuntamiento llama la atención sobre el hecho de que el informe de impacto ambiental recoja que las aguas fecales mezcladas con las pluviales irán a un depósito que, en momentos de fuertes precipitaciones puede desbordarse. “Las aguas contaminadas bajarían por la cuenca del río Maior, hacia las fincas de Lubre y más tarde podrían llegar a Sada”, advierte.

En sus alegaciones, el Concello sostiene que “se falsean las distancias a las viviendas. “La foto aérea refleja claramente que está sesgada la medición para favorecer los intereses de la planta de Celso Núñez”, denuncian desde el Consistorio, que inciden en que la parcela está prácticamente rodeada de casas, incluidas cuatro de uso turístico que el proyecto omite.

El Concello contradice también en su informe los datos sobre emisiones acústicas que maneja la empresa y afirma que los ruidos, tanto en fase de construcción como de explotación, “superan, en algunos casos gravemente, los límites permitidos”.

Sobre los residuos a tratar, el Ayuntamiento bergondés considera “gravísimo” que la empresa contemple la recogida “ocasional e indebida” de residuos peligrosos mezclados con el resto y recuerda que precisan de una gestión y almacenamiento específicos no recogidos en el estudio de impacto ambiental. Considera además “muy preocupante” la ausencia de información sobre la gestión de los materiales que contengan amianto. Apunta además que no consta en la documentación la solicitud por parte de Celso Núñez SL de la autorización de gestor de residuos peligrosos.

El informe encargado por el Concello llama la atención también sobre la ausencia de un estudio sobre el impacto de las emisiones de polvo sobre la población. Apunta también que el proyecto no recoge “la segura desvalorización de los terrenos y viviendas de la zona” ni analiza la necesidad de la planta “teniendo en cuenta que existen otras similares en el entorno”.

“Aquí no hay dos casitas, hay un pueblo”

Los vecinos de Obra de Paño han comenzado a movilizarse para frenar el desembarco de esta planta de residuos que, alertan, cambiaría radicalmente este entorno rural, un lugar “tranquilo” en el que vivir que se vería profundamente alterado por el ruido provocado por el triturado con la machacadora de los escombros de obra (la previsión de la empresa es tratar 12.000 toneladas de residuos al año). Los residentes acusan a la empresa promotora de mentir sobre las distancias y el número de viviendas que se verán afectadas por su actividad: “Aquí no hay dos casitas, hay un pueblo”, denunciaba ayer una de las afectadas, que apunta a la existencia de casas a solo treinta metros de parcela. Lo cierto es que una visita in situ permite comprobar la existencia de viviendas alrededor de la finca donde está proyectada la planta de residuos y los residentes alertan de la “devaluación” de sus propiedades y las de otros núcleos próximos en la parroquia de Lubre. Los afectados alertan además del impacto ambiental, denuncian que la parcela carece de conexión a la red de saneamiento municipal y que la planta se sitúa muy cerca de afluentes al río Maior. “Aquí van a hacer una balsa y si desborda irá todo hacia las casas y al río Maior”, advierte un residente, que incide además en los efectos nocivos provocados por las partículas en emisión o los residuos líquidos que queden depositados en el suelo. Denuncian además que la empresa ha talado arbolado autóctono en los últimos meses.