Tras seis años y medio al frente de la Fundación Wenceslao Fernández Flórez, José Luis Castro de Paz ha conseguido que la Diputación acceda a financiar los gastos de funcionamiento de la sede de la entidad en Cambre, Villa Florentina, después de denunciar que la situación económica era “insostenible”. La institución provincial prevé llevar a pleno este mes el convenio corregido, después de aprobar el mes pasado uno que, por “error”, según la Diputación, mantenía los gastos a cargo de la Fundación. Esta ayuda, junto a la subvención prometida por A Coruña, donde ahora tiene una segunda sede, da un balón de oxígeno a la Fundación.

La Diputación corregirá el convenio para asumir los gastos de funcionamiento. ¿Satisfecho?

Al llegar nos encontramos con unos estatutos y un convenio absolutamente delirante con la Diputación. Cuando se fundó, el dinero iba directamente para la Fundación, una subvención anual, no para fines concretos. Fue cambiando con los tiempos y ahora la Diputación solo da a actividades concretas. Y si decide que no le gustan o ese año no, no te lo da. Así no podemos pagar los gastos. No podemos seguir así. Desde que llegué, hemos hecho muchas cosas, pero estamos en la más absoluta ruina.

El convenio lo solucionará, ¿no?

El convenio es el resultado de muchos años de negociaciones con la Diputación. Ni siquiera designó patrono, no venía, no nos hacía ni caso. Después de reuniones con el diputado de Cultura y, sobre todo, con el de Patrimonio, se hizo el nuevo convenio para que asuma los gastos de la casa, mientras no se acuerde con el Concello de Cambre, que quiere que pase a formar parte de su patrimonio. Ese es el acuerdo y el logro que tuve. Y tenemos otro logro nuevo y extraordinario.

¿Cuál?

Tenemos una segunda sede, en el concello de A Coruña, y hemos entrado por primera vez en los convenios culturales de A Coruña, por lo que nos dan dinero para actividades. Es en la Asociación de la Prensa, de la que Wenceslao fue secretario. Por primera vez, tendremos una subvención de A Coruña. No he estado parado. Hemos llegado a acuerdos con la asociación de la prensa, la alcaldesa presentó libros coeditados por nosotros... Estamos haciendo muchísimas cosas, pero tenemos que solucionar la economía porque muchos de los patronos están poniendo dinero para pagar la luz. Y para conseguir derechos gratuitos de cosas me tengo que ir a Madrid y pagarlo yo, porque no está permitido pagar viajes.

¿Con las ayudas de la Diputación y A Coruña será suficiente?

Tenemos también la de Cambre. Pero tenemos que trampear esos gastos con dinero para ayudas culturales. Con esto arreglamos nuestros problemas económicos. La evolución de las negociaciones fue muy larga pero ha sido positiva. Les explicaba que no somos una fundación como las demás, que reciben unos años dinero para proyectos y otros no. Dependemos de la Diputación porque es la dueña de la casa. Los estatutos originales no responden a la realidad de hoy. Hemos conseguido cambiar eso y multiplicar por mil nuestras actividades académicas e investigadoras, sin que se tocaran mucho, salvo por la pandemia, las actividades de la casa. Creo que vamos a empezar a respirar y a poder llevar adelante nuestros objetivos.

Asumió la presidencia con el objetivo de convertir a la Fundación en un referente. ¿Cómo va eso?

La revista Volvoreta fue presentada con acto propio en Festival de Cine Español de Tolouse, se presentó en Valencia, salieron páginas enteras en el El País, ha salido en Días de Cine... sí que ha tenido la repercusión que yo quería. Ahora hemos llegado a un acuerdo por el que se convierte en revista del Centro de Estudios Fílmicos de la USC, lo que nos permite entrar en las bibliotecas de las universidades y sus redes, como Dialnet, referente en la búsqueda de artículos y libros. Y hemos conseguido que la editorial Vía Láctea, la que publica la revista, esté incluida por primera vez en la lista de editoriales que se valoran para oposiciones para comunicación audiovisual en España. Esto está multiplicando el valor académico.

¿Qué próximos objetivos tiene?

El próximo número de la revista va a ser un monográfico con cosas nuevas, dedicado a la novela Las siete columnas. Llevará unas cartas desconocidas de Wenceslao que están en la Fundación y escribe Darío Villanueva. Esto será el volumen 5, saldrá a finales de año. Y el siguiente libro es de una bibliotecaria investigadora, Isabel Sempere, que está haciendo una investigación sobre un guión entero que apareció en archivos. Por otra parte, José Luis Méndez Romeu, José Manuel Sande y Rubén Ventureira se sumaron a los patronos en los últimos meses.