El presidente de la Real Academia Galega (RAG), Víctor Freixanes, defiende que la biblioteca de Emilia Pardo Bazán debe conservarse como “una unidad” y apuesta porque su cobijo sea la sede de la entidad en la calle coruñesa de Tabernas. En este inmueble reposan ya más de 7.000 volúmenes que se encontraban en el pazo de Meirás, donde quedan todavía unos 3.000, que ahora la familia Franco pretende donar a la Real Academia Española (RAE) o, en su defecto, a otra entidad de ámbito estatal si ánimo de lucro. La RAG prepara un informe que dirigirá a la Consellería de Cultura y a la Presidencia de la Xunta para reivindicar los fondos completos para su sede.

“Si los señores de la RAE lo aceptan, sería un grave error”, asevera Freixanes, quien recuerda que los libros de Pardo Bazán que se encuentran en la sede de la RAG llegaron allí “con consentimiento de los Franco”, a iniciativa de Pío Cabanillas como ministro de Cultura. Apunta, además, que los volúmenes que permanecen en As Torres fueron también catalogados por la RAG, lo cual consintió “la hija de Franco”. La RAE no ha decidido al respecto y fuentes de la entidad se han limitado a afirmar que la Academia Española “conoce esa intención y llegado el caso evaluará la posibilidad de aceptar o no la donación”.

Sostiene que el catálogo completo se realizó, aunque sin especificar el destino de los libros, “capitaneado por la RAG en colaboración con las Universidades de Santiago y de A Coruña” y con el objetivo “de solicitar el BIC”, como hizo la Academia Galega. El presidente señala que ya se ha incoado el procedimiento para otorgar esta protección a la colección bibliográfica.

“Eso no lo pueden mover de ahí, pero esas cosas de los tribunales se sabe donde empiezan pero no donde acaban”, sostiene el presidente de la RAG. “Y un tema importante: la biblioteca de Emilia Pardo Bazán, como cualquiera, es una unidad, y lo que pretendimos fue catalogarla, y publicaremos el catálogo para unirlo y para evitar que alguien lo lleve de ahí y acabe eso no se sabe dónde”, anuncia Freixanes.

El representante de los académicos gallegos asegura que “la Academia tiene una posición inequívoca” con respecto al destino de los fondos bibliográficos y al uso que plantean para Meirás. Freixanes defiende que la biblioteca debería unificarse bajo custodia de la RAG y que As Torres debería convertirse en un espacio de memoria histórica: “Ahí hay sitio para la memoria de Pardo Bazán, propietaria y la que levantó ese espacio, y debe haber espacio y lugar relevante para la memoria histórica, porque un lugar fue testimonio de la dictadura, y hay sitio para todo”.