La Xunta ha tumbado el proyecto presentado por Blomvis Spain para legalizar y ampliar su granja de visones en el monte Xalo, en Carral. Pone fin al procedimiento y archiva las actuaciones al concluir “la imposibilidad de formular la Declaración de Impacto Ambiental por existir un informe desfavorable”, el del Servizo de Patrimonio Natural, por carecer de un informe previo de riesgos, una propuesta de medidas precautorias suficientes fundamentadas en el análisis de riesgos previo y “una justificación” de “las causas excepcionales que alegue el interesado”.

La resolución pone fin a la vía administrativa y contra la misma cabe recurso potestativo de reposición en el plazo de un mes. Si se resuelve o desestima presuntamente el de reposición, puede presentarse contencioso-administrativo en el plazo de dos meses.

El Servizo de Patrimonio Natural detalla que “las administraciones competentes solo podrán autorizar excepcionalmente nuevas explotaciones ganaderas y ampliaciones de las mismas [...] cuando estén debidamente justificados y con medidas precautorias suficientes, previo análisis de riesgos favorable”. Sostiene que “en el artículo 2 del Real Decreto 630/2013 se define el análisis de riesgos como la evaluación científico-técnica de la probabilidad y de las consecuencias (del riesgo) de la introducción y el establecimiento de una especie exótica en el medio natural y de las medidas que pueden aplicarse para reducir o controlar esos riesgos, entre otros elementos en que estén debidamente justificados y con medidas precautorias suficientes, previo análisis de riesgos favorable”. “No se cumplen en la documentación aportada ninguna de estas condiciones exigibles”, informa.

Olores, residuos y mudanzas

La asociación ecologista Adega, el partido animalista Pacma y tres particulares presentaron alegaciones. Un vecino alegó que las instalaciones proyectadas se encuentran a 600 metros de su casa y que ya “con las instalaciones existentes son insoportables las plagas de moscas, de gaviotas y de olores”. Advierte de “falta de control estricto” de vertidos y de que “habitualmente” hay en su finca visones sueltos. “Esto me aboca a vender mi vivienda, como hicieron otros vecinos”, asevera.

Otro residente advierte de los “graves inconvenientes” de la granja “desde su creación” a la Urbanización O Castelo. Una incorrecta gestión de los residuos que “muchas veces” se vierten “debajo de una lona” en una carreteras o “camiones con patas de pollo y cabezas de pescado” para los visones, que generan “un fuerte hedor” son algunas de las molestias que, asegura, han “llevado a varios vecinos a decidir marcharse de la urbanización”.

Pacma alegó que resulta “intolerable e injustificable todo este sufrimiento para confeccionar abrigos”; que el visión americano, especie alóctona, constituye una amenaza para las autóctonas y que supone “riesgos sanitarios por SARS-CoV-2”. Adega vio “irresponsable” ampliar la granja en plena pandemia y advirtió de que, desde marzo de 2016, las autorizaciones de nuevas granjas o ampliaciones “pueden estar incurriendo en una ilegalidad” y solicitó denegar la solicitud y declarar nulas las licencias de la granja.

En un informe, el Concello de Carral reclamaba un plan de gestión de residuos y mayor frecuencia.