“La cocina tiene enganche con los niños. Participan, quieren. Pides voluntarios y levantan cuarenta las manos. Los pequeños simplemente lo disfrutan y lo ven como algo que les gusta y los mayores ya lo ven como una salida”, cuenta Lolo Mosteiro, presidente de la Asociación de Ecoturismo de la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo sobre los talleres en centros educativos que se realizan dentro del programa Educando na Biosfera. Estas sesiones con estudiantes combinan una explicación sobre la historia y las metas de la Reserva con una demostración de cocina, en la que participan los chicos, y una degustación, además de que buscan concienciar sobre el producto de proximidad o la economía circular.

La actividad, “amena”, ha logrado incluso despertar el interés por la cocina de alguno de los alumnos más desmotivados, como les confesó una profesora a Mosteiro y su socia en A Artesa Moza Crecha, en Betanzos, Paula Martínez. “En Sada, nos comentó una profesora que a un alumno que no sabía qué hacer, que era un poco desastre y tenía problemas familiares, le gustó mucho y lo pensó como una salida. Ella lo vio muy atento en el taller y al final le fue a preguntar. Y nos ofrecimos a hacerle una tutoría, ir por allí y ayudarle en lo que sea”, relata el cocinero.

Un ejemplo de plato que prepararon en un taller fue el bacalao a la betanceira. “Todos los ingredientes, salvo el pescado, era de la Reserva y autóctono: repollo de Betanzos, cebolla chata de Miño, vino blanco legítimo y las especias de Orballo”, cuenta Mosteiro. Los talleres se han realizado por ahora en los colegios de Mosteirón (Sada), Cruz do Sar (Bergondo) y Vicente Otero Valcárcel (Carral), todos ellos, centros que “ya estaban disfrutando del servicio de ecocomedores de la Reserva”, apunta el cocinero. El betanceiro y su socia impartieron la mitad de los seis talleres realizados por ahora, algunos acompañados por técnicos. Mosteiro confía en que la iniciativa se extienda a más centros de cara al próximo curso.