Noelia Ventureira encontró hace un par de semanas muerta a Simone, su gata de siete meses, en el jardín de su casa de Vixoi, en Bergondo. La gata, que apenas salía de casa, presentaba una herida que resultó ser de balín, como confirmó la veterinaria unas horas después. El suceso causó estupor en el pequeño núcleo de Trasdoval y ha dado pie a una investigación de la Guardia Civil, que busca testigos que permitan dar con el autor del disparo. “De momento no hay avances significativos”, explican desde el cuerpo.

La Policía Local también realiza indagaciones. “Está investigando los hechos, pero con los pocos medios de los que dispone, seguramente tenga difícil esclarecer lo ocurrido”, apuntó ayer la alcaldesa, Alejandra Pérez, que se mostró indignada con lo sucedido: “Es una salvajada; aunque pudiésemos pensar que este tipo de comportamientos ya están superados y no son propios de la época en que vivimos, desgraciadamente siguen ocurriendo”.

La dueña de Simone ha denunciado los hechos en todas las instancias: Policía Local, Guardia Civil, Seprona y Consellería de Medio Ambiente. Según le explicaron desde la policía, no consta que nadie en el vecindario tenga registrada una escopeta de balines, aunque se trata de armas que en muchas ocasiones no aparecen en los registros. Este tipo de escopetas, según le explicaron los agentes, tiene un alcance de 25 metros, por lo que Noelia sospecha que el autor del disparo es alguien de la zona.

“La sensación que tengo es que hay una ley de bienestar animal que no sirve para nada”, lamenta esta vecina, que se pregunta “qué tipo de persona puede hacer algo así” y que alerta del terrible mensaje de impunidad que se lanza si estos hechos no se investigan y se localiza a los responsables. “Quienes por desgracia tenemos que vivir este tipo de sucesos tenemos la obligación de visibilizarlos para que dejen de ocurrir”, apunta Noelia Ventureira, que ha recibido numerosas muestras de apoyo en redes en las últimas semanas.