La Consellería de Medio Ambiente requirió a la Sociedade Galega do Medioambiente (Sogama) una nueva autorización ambiental integrada para el complejo de tratamiento de residuos que posee en Cerceda. En los últimos años, Sogama ha tramitado varias autorizaciones para las sucesivas modificaciones y ampliaciones, cambios de procesos y adaptaciones a nuevas técnicas y exigencias medioambientales (entre ellas, la gestión de residuos hospitalarios por el COVID). Además ahora las plantas de tratamiento de residuos, por una directiva europea, tienen que implantar unas nuevas técnicas y actualizar permisos ambientales antes de agosto del año que viene (para la incineración se amplía a diciembre de 2023). Sogama es una empresa pública autonómica dedicada a la gestión de residuos urbanos de toda Galicia.

Sogama ya redactó el proyecto para la nueva autorización ambiental (está en exposición pública) y el estudio del coste que le supone implantar seis medidas que manda Europa: 413.920 euros para un Sistema de Gestión Ambiental (plan de gestión de olores, plan de ruidos, emisiones difusas), un sistema de monitorización de la eficiencia de la planta termoeléctrica; la medición de emisiones canalizadas a la atmósfera; la ampliación de mediciones durante la incineración; la instalación de un sistema de control por radiactividad; y la instalación de un filtro de mangas más eficiente.

En este documento la Xunta advierte varios incumplimientos del límite de vertidos permitidos por la actual autorización ambiental en los últimos tres años en distintas zonas de sus instalaciones. Solo desde marzo de 2020 hasta marzo de este año, además, constató superaciones de los límites de nitrógeno y manganeso prácticamente todos los meses.

En un conducto del alivio del tanque de tormentas de la red de pluviales se detectaron 43 superaciones de los valores límite. En otro vertido de pluviales se registraron 158 incumplimientos, en su mayoría por bajo nivel de pH, por ejemplo. También se detectaron metales como aluminio o manganeso en exceso. El departamento de vertidos de Medio ambiente destacó en un escrito que “no es posible emitir informe” sobre algunos aspectos, como el vertedero de escorias porque Sogama no le envió la documentación que le pidió dos veces en febrero de 2020.

Sogama asegura que se trata de incumplimientos “puntuales”. Respecto al exceso de nitrógeno en todos los análisis alude al guano de la “comunidad de gaviotas” que acude diariamente al vertedero, que se acumula y al llover se disuelve. Esto también sería el “desencadenante” de “elevadas concentraciones de sólidos” en las pluviales. Respecto a la superación en las emisiones a la atmósfera apunta en unos casos a fallos en el sistema de alimentación de las calderas o atascos.

La sociedad achaca a las lluvias la superación de los límites autorizados por ejemplo en el pH del suelo y a la propia composición del terreno. Otros excesos los imputa a movimientos de tierras por obras de construcción y ampliación en las instalaciones. Una alta concentración de sulfuros señala que fue baja y puntual.