La Maravillosa Orquesta del Alcohol, más conocida como La M.O.D.A., es ese tipo de banda que no falta en un festival. Sus siete integrantes saltan, sudan y hacen disfrutar al público como si nada más importase. Y lo siguen haciendo aún con pandemia. Lo cuenta el guitarrista, Nacho Mur, que cree que todo, también esta situación “tiene su parte positiva”. Hoy lo demuestran en el Morriña Fest a las 22.15 horas.

Vuelven a Galicia, pero esta vez con Ninguna ola. ¿Cómo está siendo la presentación del disco?

Han sido momentos muy complicados para todos y para nuestro sector también. Estamos muy agradecidos de poder tocar, ya que hay muchas bandas que no están pudiendo. Tenemos muchas ganas de enseñar nuestro último disco, que sacamos en diciembre. Por las circunstancias que ha habido no lo hemos podido presentar tanto como nos gustaría. Pero estamos haciendo un buen verano, tocando en todos los sitios que podemos y con las medidas que tengan que ser.

Un verano muy diferente a lo que estaban acostumbrados.

Totalmente. Y aun así nos sentimos muy afortunados porque estamos tocando mucho. Ahora es con la gente sentada y menos público. A pesar de lo raro, estamos felices. Ya nos hemos acostumbrado. Esto también tiene su magia, creemos que la gente, al estar sentada, escucha más las canciones y lo que dicen. Todo tiene su parte positiva.

Para el álbum contaron con el productor Raül Refree. ¿Cómo fue trabajar con él?

Raül Refree produjo el disco y estamos muy contentos con el resultado. Trabajar con un productor nuevo siempre te enseña cosas nuevas y otras formas de trabajar. Siempre hay una tensión positiva entre la manera de trabajar del grupo y la del productor. Estuvimos trabajando las canciones bastante tiempo en el local, luego apareció Raül, les dio una vuelta de tuerca más, y las seguimos trabajando nosotros. Ha sido un trabajo muy largo, pero yo creo que muy bonito. Raül tiene una manera de ver la música muy especial, con muchos espacios, pocos elementos. Era casi lo contrario de lo que veníamos haciendo. Creo que hemos llegado a un equilibrio entre su trabajo y el nuestro muy positivo.

Si hay una canción que define esa evolución, ¿esa es Conduciendo y llorando?

Podría ser. Por eso la sacamos como segundo single. Creemos que tiene muchas cosas nuevas, muchos elementos nuevos, el estribillo se vaciaba todo… Un poco lo contrario a lo habitual. Nos gusta. Sabemos que es una canción diferente o rara para mucha gente.

Cuando la crearon, su título era otro: Coruña.

(Ríe) ¿Cómo sabes eso? Tenía ese nombre porque le dimos forma a la idea de esa canción a la vuelta de un concierto en A Coruña. Tal cual. Nosotros, durante mucho tiempo, trabajamos con el título provisional de las canciones para saber de qué estamos hablando. Alguna se llamó Idea 64, aunque sí que es cierto que esta de Coruña tenía más entidad porque era un nombre más poético.

Colectivo Nostalgia cierra el disco. Creo que lo he perdido todo, dicen. ¿Es necesario asumir el fracaso, que las cosas pueden ir mal?

Totalmente. Somos conscientes de que estamos en un momento maravilloso, y se puede acabar. Y es muy probable que acabe antes o después o que baje el interés de la gente. Lo disfrutamos. La canción es un canto a la pérdida y nos encanta. Es uno de nuestros temas favoritos ahora mismo.

En 2019 hicieron sold out en varias ciudades. ¿El COVID fue una bofetada o una excusa para parar?

Fue un drama, pero para todos los trabajos y campos. Es verdad que en el nuestro fue más complicado de lo normal. Al final, los músicos tenemos que hacer canciones y más trabajo aparte de tocar en directo, pero los técnicos, por ejemplo, no tienen más que eso. Por eso fue un drama real. Nosotros creemos que hemos sido afortunados porque justo íbamos a parar para preparar este disco. Lo único en que nos ha afectado fue en retrasar la salida del disco unos meses. Si nos pilla justo al sacar un disco o llevando dos conciertos, sería un golpe más duro, que le ha pasado a otros grupos. Poner todo tu dinero, energía y dinero en un disco y no poder presentarlo tiene que ser muy frustrante. Nosotros, de manera diferente, pero lo hemos podido hacer.

¿Qué tiene que hacer el sector para no volver a caer en una crisis así?

Creo que hay mucha clase media-baja de grupos que no va a poder sobrevivir a esto. Es un cambio muy radical. Somos unos afortunados los que teníamos una infraestructura o a los que esto nos pilló en un momento como para no tirarnos abajo. Muchos grupos no van a sobrevivir. Sobre todo si no hay ayudas y lo de juntarse es complicado. Porque tener un grupo es eso, juntarse en un local pequeño, sudar y tocar instrumentos. No sé si esto va a cambiar, pero cualquier ayuda vendrá bien. La cultura es un sector que hay que proteger, pero siempre se olvida. Hay muchas familias y trabajadores que no solo son las caras conocidas y penden de un hilo ahora mismo.

Desde la experiencia del grupo, que ha cumplido diez años, ¿cómo ha evolucionado la industria?

Nosotros siempre intentamos mantenernos ajenos a la industria. Hacemos nuestro camino de manera independiente. No tenemos discográfica y siempre nos hemos autoeditado. Estamos muy contentos. A nuestro primer concierto fuera de Burgos, que fue en A Coruña, fueron 40 personas. Tenemos la suerte de que ahora vienen más. La industria... No tenemos muy claro lo que es, solo vemos que hay grupos buenos que van surgiendo. Supongo que los que mandan seguirán mandando y los grupos picando piedra.

¿Qué le espera a la banda en el año 2022?

Todo depende de la situación, porque es muy cambiante y estamos cada día a expensas de lo que pase. Pero estamos trabajando en el nuevo disco. Habrá noticias de él. Por ahora, seguiremos tocando hasta final de año.