“Cuando cerró la mina de carbón y ya no tuvimos el polvillo y cuando el año pasado lo hizo la central térmica, pillamos una alegría pensando que por fin íbamos a tener una aldea normal. Pero la alegría duró dos días. Que si biogás, unos eólicos a 600 metros de la casa... El rural es el estercolero de las grandes empresas”, afirma Maruja, que tiene una explotación familiar hace más de treinta años con productos de huerta y vacas de carne en el núcleo de Lousa en Cerceda.

Los vecinos del entorno de la antigua mina y de la central térmica de Meirama estaban ilusionados. El año pasado se apagó la central térmica de Meirama y en mayo de este año Naturgy abrió al público el lago artificial más grande de Europa tras la rehabilitación del hueco de la explotación de lignito. Regresaron emigrantes, parejas jóvenes vinieron a la tierra de sus padres, otros empezaron a comprar fincas para futuros negocios vinculados a actividades turísticas relacionadas con esta laguna. Hasta que los proyectos energéticos que han ido conociéndose en los últimos meses para esta zona les han vuelto a hacer pensar en 1977, cuando el Franquismo dio luz verde a Lignitos de Meirama para ocupar centenares de tierras y explotar una mina, y los residentes se enfrentaron por las expropiaciones contra 200 guardias civiles, en imágenes que dieron la vuelta al mundo. Unos 44 años después, este núcleo de 407 censados vuelve a la lucha y crea SOS Encrobas.

Lago de Meirama o As Encrobas, el pasado mayo. | // L.O.

“El lago, con partes muy bien restauradas, nos lo vendieron como una maravilla, que iba a abastecer a la comarca de agua. Pero, con la complicidad de las instituciones, nos vienen ahora con proyectos más agresivos, parques eólicos, una planta de aprovechamiento hidroeléctrico, de hidrógeno, y de biogás. Sabemos cómo es una planta de biogás, se creará otro macrobasurero. Que nos dejen tranquilos. Ahora no mandan a la Guardia Civil como en 1977 pero la violencia es mayor, porque no tienes contra quién rebelarte. Estamos superados”, señala Xosé Antón Bocixa, del Sindicato Labrego Galego e integrante de la Plataforma SOS Encrobas a la que apoyan doce colectivos de concellos del entorno afectados por algunos de los numerosos proyectos energéticos en trámite, desde vertederos a minas, plantas de residuos y eólicos.

Torre de la antigua central térmica de Meirama.  // M.V.

Torre de la antigua central térmica de Meirama. // M.V. M. Villar

La multinacional Naturgy (con numerosos fondos de inversión en su consejo de administración), heredera de Unión Fenosa, es la propietaria del entorno del lago (la lámina es de Augas) y de la central térmica. Presentó este verano el proyecto As Encrobas para un parque eólico con cuatro aerogeneradores que afecta a 107 terrenos en Carral y 50 en Cerceda. Un segundo plan eólico denominado Meirama afecta a 181 fincas en Cerceda, con 13 aerogeneradores. La empresa Tagsa, vinculada al presidente de la sociedad Copasa, solicitó este año aprovechar 67.500 litros por segundo del lago de Meirama para una central hidroeléctrica.

En la iglesia de San Román das Encrobas en Cerceda, terminada ayer la misa, hay una decena de vecinos. La de mayor edad recuerda cómo en el 77 “borraron varias parroquias juntas”. La única joven, en la treintena, destaca que en ese núcleo no hay bar, no hay colegio ni médico y acaban de “sacar el bus a A Coruña”.

“Nos hace gracia que le llamen parque eólico As Encrobas, cuando afecta totalmente a Carral, y el parque que llaman Meirama, que es el que lleva más eólicos, afecta todo a As Encrobas. Es el mismo parque dividido en dos. Es una nueva tomadura de pelo. Nos dijeron que si el lago, la playa...cuando ellos ya tenían en la cabeza esto”, apunta un vecino que al salir de la iglesia pasa muy cerca del busto de Mocho Valcárce, el cura das Encrobas, que defendió a los residentes cuando se ocuparon sus tierras a la manera franquista.

Anxos Quindimil, ante el portal de su vivienda en As Encrobas. | // M.V.

Naturgy, inmersa ahora en una OPA presentada por un fondo internacional, en la junta general ordinaria de accionistas de marzo de este año dejó muy claro que el futuro son las renovables y destacó dos de sus proyectos de futuro: la planta de hidrógeno de León y la que prevé abrir en Meirama, para producir 7.500 toneladas al año. Junto a esta central de hidrógeno verde, la empresa además anunció este verano su plan para abrir una planta de biogás y compensar así el cierre de la térmica.

Representantes de SOS Encrobas y colectivos que la apoyan se concentran hoy a primera hora de la mañana ante las instalaciones de Augas de Galicia en Santiago de Compostela para protestar contra el aprovechamiento hidroeléctrico que se proyecta en el lago, entre Cerceda y Carral, y también contra el que otra empresa propone en el río Eume. Esta concentración la realizan hoy porque es cuando en Augas se abren los sobres de las ofertas de empresas que promueven estas centrales en los ríos.

Un grupo de siete vecinos que viven o trabajan en As Encrobas presentó su propia propuesta ante Augas de Galicia: “Exponemos que se cumpla lo que prometieron hace siete años, que este lago iba a ser para abastecer a A Coruña y para uso y disfrute de los vecinos, gratis. Nada más. Nunca se habló de nada más. Después, haremos alegaciones también”, explicó ayer Anxos Quindimil, que vivió en Chile con su marido ocho años y regresó con su hija pequeña para hacer una casa y vivir en terrenos de su suegro, uno de los vecinos que en el 77 participó en las manifestaciones contra las expropiaciones, al quitarle una casa, y que ahora no da crédito a “ver cómo se repite la misma historia”.

“Los vecinos están enfadados porque no se les ofreció un futuro. Augas tendría que defender el uso público de este lago. También afecta a Carral, el Concello ya se posicionó en contra, Cerceda aún no. Vinimos para aquí para estar tranquilos, desde casa vemos un poco el lago, escuchamos búhos y ranas. Es precioso. Y en lugar de enfocar Cerceda hacia el turismo relacionado con el lago, aprovechar esa oportunidad, volvemos otra vez a lo mismo, a la industria. Y ni siquiera son empresas de aquí”, añade Quindimil, integrante de Sos Encrobas.

Jose con uno de sus bueyes cerca del lago de Meirama. | // L.O.

Los residentes en este núcleo de Cerceda creen que es una oportunidad única para que el municipio deje de ser conocido por ser un “vertedero”, con el complejo de Sogama, con Areosa, la central, la antigua mina, y que atrajese población y negocios relacionados con una posible actividad náutica o incluso de observación de aves y rutas en el entorno del lago. El turismo natural, para darle la vuelta a la idea que se tiene de Cerceda.

Todo el entorno de Meirama y As Encrobas está lleno de granjas, sobre todo de vacuno de carne. Muy cerca está el Monte Xalo, con unas vistas que hay que verlas para creerlas. En toda esta zona, desde hace tiempo, las fachadas y los cierres de las casas, los árboles, las naves, en muchos puntos luce un cartel que defiende Aldeas con Vida, en contra de los eólicos y las plantas de residuos industriales.

“No vemos ventaja ninguna estos proyectos. Nos están haciendo perder valor a las tierras, degradan . Me parece una injusticia que hagan con una aldea lo que ellos quieran, a su medida. Luego dicen la España vaciada. Es la España que vacían”, asegura Maruja, desde una de las explotaciones de As Encrobas.

Muchos vecinos del entorno de la antigua central térmica, sin embargo, no sienten un especial rechazo por estos proyectos. Uno de ellos, que sale de casa, cruza la carretera y ya está al pie de la torre de refrigeración, es muy claro.

“A mí los de los eólicos me llevan una finca, pero me pagan casi mil euros al año durante treinta años, no está mal. Aquí, que las fincas, o las plantas de eucalipto o no les sacas nada... No nos parece mal, pero que los pongan alejados de las casas, eso sí. Yo les dije que si me dejaban la luz gratis treinta años, firmaba sin mirar, pero eso”, afirma con sorna este residente, que recuerda cómo vio “la muerte de Franco en la casa de mi tía aquí al lado, en una tele de batería”.

"Presentan proyectos para coger las ayudas europeas"

Jose, un joven coruñés que se ha venido a vivir a As Encrobas de donde es su mujer, decidió poner también un negocio aprovechando los pastos que rodean la casa: una granja de bueyes y vacas autóctonas gallegas y de otras regiones.

“Entiendo que estamos en una zona industrializada ya, con partes muy degradadas, con una escombrera, torretas de alta tensión, la línea del AVE que nos acaban de poner delante... No estoy en contra de que pongan eólicos, pero por ejemplo en Areosa o en estas zonas ya degradadas. Habría que hacer una ordenación. Estas empresas, con estos proyectos que anuncian de hidrógeno o biogás o hidroeléctricas, lo que vienen es a especular con el suelo, cuando ya tienen tramitado luego revenden. Los fondos europeos Next Generation tenían que ser para desarrollar actividades ambientales relacionadas con el lago de Meirama, no para dárselos a empresas que son de fuera. Aquí no es buena zona para eólicos, pero presentan proyectos a montones por las subvenciones”, asegura Jose.

Los fondos NextGenerationEU es el plan de recuperación de la Unión Europea, de miles de millones de euros, para impulsar la recuperación económica tras la pandemia, ligada a iniciativas que fomenten la transición ecológica, la energía renovable y lo digital. Incluye créditos y subvenciones. Es el medio ambiente entendido como negocio.