“Estamos algo más tranquilos, pero cabreados y muy preocupados. Es mucha incertidumbre”, aseguró ayer Laura Álvarez, una vecina de la avenida de Salvador Allende, en la parroquia de Nós, que ha sufrido dos inundaciones de su garaje en diez días y en los cuatro meses que hace que se trasladó junto a su marido y sus dos hijas a la vivienda. Con el entorno de la casa aún lleno de barro y hojas y una arqueta levantada en la carretera, Álvarez anuncia que acudirá esta semana a exigir soluciones al Concello ya que, según coinciden en observar los vecinos, la situación de anegamientos por lluvias ha empeorado desde la construcción del colegio y, sobre todo, desde unas recientes obras en la red de alcantarillado.

Arqueta levantada y restos de barro, ayer, en Salvador Allende. | // L. O. S. V.

“Ahora estamos de viaje a Ourense y nos vamos preocupados. Mi hija pequeña tiene miedo de que vuelva a llover y se nos inunde la casa otra vez”, cuenta la vecina. Las consecuencias de que se aneguen los bajos de la vivienda van más allá de los posibles destrozos en mobiliario y la incomodidad de tener que achicar agua, desatascar, limpiar y realizar los pertinentes trámites con técnicos y seguros. “Se nos ha estropeado la caldera, que está en el garaje, en un cuarto aparte y con cierta altura, pero es que el agua subió como a medio metro. Pronto vendrán más lluvias, con el otoño y el invierno, y no podemos estar así constantemente ni puedo tener a mis hijas sin calefacción”, advierte la afectada.

La inundación de este viernes, asegura, ha sido peor que la del lunes de la semana pasada, ya que entró más agua y alcanzó un mayor nivel. “Después de las incidencias del pasado lunes, el concejal comentó que el Ayuntamiento iba a mirar de adoptar una solución urgente. Yo pido que sea urgente pero bien hecha y que el problema quede resuelto”, pide la vecina.

“Cualquier día hay una desgracia”, avisa Álvarez, quien apunta que, además de los daños en las viviendas, la acumulación de agua crea “balsas” en la carretera y supone “un peligro” para el tráfico. “Vienen ciclistas de Cecebre y circulan coches. Hoy [por ayer] al mediodía estaba todo aún lleno de barro y con arquetas levantadas”, afirma.