El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, avanzó ayer al término de la inauguración de la exposición que repasa la historia del pazo de Meirás que la Abogacía del Estado apoyará la reclamación del Concello de Sada en la vista del día 22. En la práctica, su adhesión al incidente de ejecución presentado por el Ayuntamiento sadense supone que el Estado no se limitará a reclamar los 133 bienes que relaciona en su recurso, sino que se sumará a la reivindicación de todos los elementos depositados en As Torres desde los tiempos de Emilia Pardo Bazán hasta la muerte del dictador Francisco Franco.

Martínez avanzó que, en caso de que no prospere esta reclamación, el Gobierno ya acopia “todas las pruebas” para presentar una demanda civil y reivindicar los bienes que considera de Patrimonio Nacional, una posibilidad que ya había avanzado el Gobierno en respuesta escrita al BNG. Consultado por los periodistas sobre si esta demanda incluirá los 49 elementos que reclama ahora la Xunta —29 de la época de Pardo Bazán y 20 afectos a la Jefatura del Estado—, el secretario de Memoria Democrática defendió la importancia de avanzar en la declaración de Bien de Interés Cultural y “utilizar todas las medidas de carácter administrativo para que los bienes no lleguen a salir” (el BIC no supone un reconocimiento de propiedad, pero sí impone limitaciones para velar por la conservación y acceso público a los bienes). El responsable estatal no cerró con todo la puerta a demandar más elementos que los estrictos de Patrimonio Nacional y apuntó que una vez recabadas por todas las pruebas se dará cuenta de los resultados. Sobre la ampliación del BIC a los bienes muebles, Martínez explicó que el Estado y la Xunta ultiman el convenio y expresó su deseo de que la Consellería de Cultura incoe el expediente "cuanto antes".

La vista que dirimirá qué bienes pueden retirar los Franco de Meirás está fijada para el día 22. El Estado reclama en su incidente 133 que considera bienes inmuebles por destino o incorporación (que no pueden retirarse sin provocar un daño en el edificio o que fueron instalados con vocación de permanencia). Fernando Martínez explicó que la Abogacía del Estado se centró en estos133 elementos al entender que eran los únicos que encajaban en el “restrictivo” auto de la Audiencia Provincial, que levantó el depósito cautelar de los bienes porque la demanda se había limitado al continente, es decir, el pazo y las fincas, y no al contenido. El Concello de Sada, más ambicioso, presentó un incidente en el que reclama los bienes de Pardo Bazán y sus descendientes que, según recoge la escritura, se vendieron con el pazo en 1938, y los incorporados en la dictadura, que quedaron afectos a la Jefatura del Estado y que, argumenta, deben tener la consideración de bienes inmuebles por destino. La Xunta no presentó incidente y apunta que se adherirá al del Estado.

Todos los representantes políticos que asistieron ayer a la inauguración y al acto de homenaje a las víctimas apuntaron a la necesidad de mantener la unidad, que resultó crucial para la recuperación, aún provisional de As Torres. El primero en apelar a este consenso fue el alcalde de Sada, Benito Portela. El regidor agradeció el trabajo de todas las administraciones personadas en el proceso, de los abogados del Estado Javier Suárez y Adela Álvarez, de los historiadores, colectivos de la memoria y la sociedad civil en general para lograr recuperar As Torres: "Hubo una colaboración y una unidad ejemplares, una unidad procesal que debe de continuar para defender la integridad del pazo de Meirás", apuntó en alusión a los bienes.

Una llamada al consenso y a sumar fuerzas a la que se fueron sumando todos los participantes, desde los responsables públicos a los comisarios de la muestra, Emilio Grandío y Xosé Manoel Núñez Seixas, que apelaron a la importancia de mantener unidad de acción: “ “Ese espíritu ha de mantenerse hasta el final”, incidió al cierre del acto el secretario de Memoria Democrática.

Representantes políticos, comisarios de la exposición y representantes de víctimas, ayer en el pazo Carlos Pardellas

Los comisarios de la muestra, que repasa la historia del pazo desde los tiempos de Pardo Bazán hasta su recuperación para el patrimonio público, destacaron que se trata de una exposición preliminar y apuntaron que la comisión de expertos trabaja en un plan de usos para resignificar As Torres. Grandío incidió en la importancia de esta muestra, la primera en “clave democrática” que acoge Meirás. Seixas apeló a la necesidad de resignificar este espacio para mirarlo con “ojos críticos” y conseguir que los hechos perpetrados en la dictadura sirvan de “advertencia para que esos tiempos nunca vuelvan”.

Acto de homenaje a las víctimas, ayer en el pazo de Meirás Carlos Pardellas

El acto contó también con la intervención de la presidenta de la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Marín, Enriqueta Ramona Otero, que celebró la “recuperación de lo que pertenece al pueblo y le fue hurtado” y que pidió más pasos para resarcir a las víctimas. También de dos familiares de represaliados, Andrés Lijó y María Dolores Sieira, pertenecientes a la Asociación pola Recuperación da Memoria Histórica da Barbanza, que protagonizaron los momentos más emotivos. La poeta Dores Tembrás, visiblemente emocionada, leyó varios poemas breves en un acto con ausencias destacadas del movimiento memorialista gallego tras el distanciamiento de los últimos meses con el Estado. Entre los ausentes, entidades de la comarca como la Asociación Irmáns Suárez Picallo o el investigador Carlos Babío, coautor de Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio, declinó asistir.

La subdelegada del Gobierno, María Rivas, y el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, también asistieron al acto, aunque el responsable provincial, que celebró “un día histórico”, no pudo quedarse por motivos de agenda.

"Marcho tranquilo, madre, no le he hecho daño a nadie": los últimos mensajes de los represaliados resuenan por primera vez en Meirás

Andrés Lijó, sobrino de José Lijó, sindicalista de la UGT asesinado en 1937 y Dolores Sieira Sanles, nieta de José Sieira, fusilado por su vinculación con el CNT leyeron fragmentos de las cartas de despedida de estos dos represaliados. Sus mensajes resonaron por primera vez en el pazo de Meirás en el momento más emotivo del acto con el que el Estado, explicó, pretendía reflejar los principios de la Ley de Memoria Democrática: “Verdad, justicia, reparación y deber de memoria”. Querida madre: Llegó la hora y hay que marcharse. Mamá, le pido perdón por lo que le he hecho sufrir y tenga resignación. Esto es una consecuencia de la guerra y una vida más no importa nada. Marcho tranquilo, madre, porque no he hecho daño a nadie ni he robado ni matado", escribía Pepe Lijó, chófer y sindicalista, un día antes de ser fusilado. "Este era mi tío", contaba un emocionado Andrés mientras mostraba una foto. Su muerte, relató, dejó dos huérfanos, de 3 y 5 años. Y una herida que aún hoy sigue abierta y demanda reparación.

Andrés Lijó muestra la foto de su tío José, fusilado en 1937 Carlos Pardellas

La carta de despedida de José Lijó y la de José Sieira, simpatizante de la CNT fusilado también en 1937, forman ya parte de la querella argentina contra los crímenes de lesa humanidad y genocidio cometidos por la dictadura franquista. Dolores Sieira Salnés leyó fragmentos de la despedida de su abuelo, llena de mensajes de cariño a su esposa y de preocupación por el futuro de sus pequeños.

"Cuida de los hijitos que es mi deseo y muero con ellos en el sentido, que si estaba pensativo era por esos desgraciados que los condenan al hambre estos asesinos, que no les puede llamar otra cosa. Ahora estarán contentos, viendo a unos infelices por las puertas pidiendo un pedazo de pan y les dirán que su padre era un bandido, que son capaz para eso y para mucho más".

Dolores Sieira Carlos Pardellas

Dolores Sieira contó también cómo su madre todavía no ha podido recuperarse del golpe, de los años de represión y silencio: "Mi madre aun vive con miedo a lo que pueda pasar por revolver el pasado. Fue una niña marcada por rojita, nació viendo llorar a su madre. Le duele mirar hacia atrás, a su niñez y pasaron ya 84 años. Hace poco la llevé al cementerio de Boisaca en cuyos muros fue fusilado su padre en el 37. Nos dolerá siempre", relató muy emocionada.