De la Ruta 66 a la Ruta N-VI: emprendedores de Arenaza lanzan el primer viaje el día 12

Las bodegas excavadas en la tierra en Zamora, el románico palentino, plantaciones de uva, moteles de carretera cerrados, huertos solares, los riegos pivotantes de los cereales, las cigüeñas en los postes, polígonos industriales, campos de amapolas, colinas y sierras, pequeños pueblos, fábricas de quesos, veletas de viento o incluso una lujosa urbanización como Los Ángeles de San Rafael a la entrada de Madrid. Todo un mosaico de paisaje de gran variedad por el que circular y detenerse si apetece, a lo largo de casi 600 kilómetros entre A Coruña y Madrid siguiendo la agrietada Nacional VI. Esta es la singular propuesta turística que oferta la empresa Chewaca, impulsada por un equipo de siete emprendedores, con Xosé Ramón Nóvoa y Silvia Vázquez al frente, una iniciativa empresarial que ha nacido en el coworking del pazo de Arenaza en Iñás, promovido por la Diputación. Ya hay fecha para el viaje inaugural: el próximo viernes día 12.

“Se inscribieron más de doscientas personas interesadas en los paquetes de fin de semana que ofertamos alrededor de la Nacional VI y el día doce será el primer viaje, de Madrid a A Coruña, mientras que el segundo, de A Coruña a Madrid, será al viernes siguiente, el día 19. Son diez paquetes dobles, para dos personas pero también pueden ser individuales. Son tres días con alojamiento de cuatro estrellas o paradores y comidas, además de algunas sorpresas. Este primer paquete sale por 539 euros. Los primeros viajeros tendrán un diploma de pioneros en esta ruta por la N-VI y habrá algún regalo como recuerdo”, explica Xosé Ramón Nóvoa.

La inscripción puede hacerse desde su web rutanvi.com o ruteart.com y se han asociado para la venta física de estos paquetes turísticos a Ruteart, otra empresa surgida de la primera aceleradora turística (TurisLab) de la Xunta: se presentaron 80 proyectos y fueron seleccionados 15, entre ellos el de Nóvoa y Vázquez, que desarrollaron su idea en el coworking de Arenaza, edificio prácticamente encima de la N-VI.

Esta ruta no tendrá nada que envidiar a la Ruta 66 de Estados Unidos, que Nóvoa y Vázquez realizaron hace años. Con esta iniciativa quieren potenciar un turismo diferente, más consciente, el del slow travel, pero también dar a conocer y revalorizar la antigua carretera a Madrid, que ofrece toda una amplia variedad de puntos de interés, desde gasolineras y moteles decadentes a cultivos y pequeños pueblos.