El plan de Culleredo contra el absentismo escolar trató 12 casos graves el curso pasado

El plan contra el absentismo escolar del Concello de Culleredo abordó 12 casos de absentismo grave durante el pasado curso, 2020-2021. La cifra es algo inferior a la “media de 14 o 15 casos por curso” que se ha registrado desde la puesta en marcha del programa, como recoge la memoria sobre el pasado año académico elaborada por la psicóloga del departamento de Educación, que lidera la iniciativa junto con un representante de la Policía Local y una pedagoga del área de Servicios Sociales. Los tres integran la comisión técnica encargada de coordinar las actuaciones y las medidas de prevención, iniciativa puesta en marcha en 2002, premiada en 2015 por el Ministerio de Educación, que mostraron este mes a docentes de Calabria en una colaboración.

En el último curso, tres de los casos de absentismo considerados severos y que abordó la comisión técnica del plan estuvieron vinculados con la COVID-19. Dos lograron reconducirse con medidas educativas alternativas para la continuación de los estudios y otro fue llevado a la justicia, lo que culminó con una multa para la familia, resume la memoria. Dos casos graves fueron de absentismo crónico o abandono; tres, de absentismo virtual con problemas de conducta o fracaso escolar; uno se consideró absentismo reincidente; y otros tres se presentaron vinculados a un traslado de municipio, detalla el documento.

En los casos de absentismo crónico o abandono, se tomaron medidas con la educadora social, se realizó seguimiento con la Policía Local y el centro y se derivaron a especialistas, pero no todas las actuaciones tuvieron efecto “porque la familia no se implicó, tomando la comisión técnica la decisión de informar a la Fiscalía de Menores con los informes pertinentes”, detalla el texto.

Los tres alumnos que presentaron absentismo virtual o pasivo no hacían las tareas, no llevaban el material, interrumpían las clases y comenzaban a faltar de forma esporádica. Estos chicos tuvieron atención personalizada con la psicóloga, “mejorando dos casos”. Otro se derivó a un profesional especializado por otro tipo de trastorno.

El caso de absentismo reincidente fue seguido por la comisión y con intervención de la Policía Local. Sobre los tres alumnos que estaban inscritos en el centro pero no acudían, tras realizarse las averiguaciones necesarias se supo que el motivo de no asistir al colegio fue el traslado a otro municipio sin haberse dado de baja a los niños en el centro.

El curso 2019-2020 fue el que registró un menor número de casos graves de absentismo en los últimos diez años. La supresión de las clases presenciales por la pandemia impidió que se manifestasen algunas de las conductas absentistas y, en ese año escolar, solo se identificaron cuatro consideradas de gravedad, según consta en el documento. En el último decenio, el curso 2014-2015 fue el que arrojó peores datos, con 28 casos severos. El siguiente peor fue 2012-2013, con 18.

Ante situaciones graves, la comisión escribe una carta a la familia, intenta entrevistarse con ella y con el alumno, marca acuerdos y pautas e inicia entonces la intervención: control del absentismo, contacto con el centro, recopilación de información y, de ser necesario, derivación del chico a la educadora social o otro tipo de profesional. Después, se vigila el cumplimiento de las medidas y actuaciones propuestas a la familia, se realiza un seguimiento con el centro de la asistencia del alumno y, en caso de no conseguirse que se integre, se elabora un informe para remitirlo a la Fiscalía de Menores.