La carretera AC-173 entre los núcleos de Arillo y Santa Cruz, denominada República de Argentina, es una recta de algo más de un kilómetro, con dos fuertes curvas en cada uno de los extremos. Es una vía con pendiente descendente en dirección Santa Cruz y los vehículos que bajan por ella suelen ir a velocidades elevadas. Una señal de tráfico les permite circular hasta a 70 kilómetros por hora hasta que de repente tienen que frenar en seco al acercarse al casco urbano, donde otra señal recuerda el límite a 50. A lo largo de este kilómetro existen tres paradas de autobús (en cada sentido), pero solo una de ellas tiene un paso peatonal para acceder a ellas, la que está ya en el tramo urbano, con la velocidad limitada, junto al cruce con la rúa Augarrío. Vecinos que tienen su vivienda en esta zona han iniciado una recogida de firmas para reclamar que se limite la velocidad o se pongan más pasos de peatones ante la “inseguridad” que tienen para cruzar, sobre todo con los niños en los horarios de ida y vuelta del bus escolar.

Parada junto al cruce con rúa da Proba, sin paso peatonal. Al final de la vía hay otra parada sin paso. | // I.R.

“En septiembre de 2020 solicité al Concello de Oleiros que pongan pasos de peatones delante de las paradas de bus o que limiten la velocidad, pero dos meses después me contestaron que esta carretera es de la Xunta y que le pasaban mi solicitud, pero nunca me contestaron. Queremos que nos den una solución porque yo voy con dos niños, y en este horario que aún es de noche, tenemos que cruzar la carretera para ir a la parada y hay muy poca visibilidad para los conductores, que bajan a gran velocidad de Arillo”, destaca Amparo, una de las personas que está recogiendo firmas puerta a puerta para que la Administración aumente la seguridad en esta carretera, la AC-173 que une Santa Cruz con Mera.

Cruce peligroso entre República Argentina y rúas Proba y Couto. | // I.R. M. V.

“Un día pasó una patrulla de la Policía Local, aún era de noche y pararon el tráfico para que cruzase con los niños porque vio la dificultad que teníamos”, añade esta vecina. “Aquí cuando bajan los coches de Arillo a Santa Cruz vienen lanzados. Yo aquí, aún no hace mucho, aún no estaba construida la acera, bajó uno a tal velocidad que se empotró con el poste de hormigón de la luz. Y otra vez ahí atrás otro quiso adelantar, vio que venía otro coche de Santa Cruz por la curva y giró y se empotró también, pero en el sentido contrario. No debían de dejar adelantar aquí”, destaca un vecino que reside en el número 29 de esta carretera, la República de Argentina.

“La abuela de una niña que la acompañaba a la parada también presentó un escrito pidiendo medidas para aumentar la seguridad y tampoco le hicieron caso. Los mayores también tienen problemas para cruzar esta carretera”, añade Amparo.

“Es una recta muy larga y los conductores aceleran al bajar de Arillo. No estaba mal que limitasen la velocidad, porque solo hay que estar aquí un rato para ver cómo van. O poner unas señales luminosas”, señala otro residente sentado en la parada de bus situada junto al cruce de la rúa da Proba donde tampoco hay paso de peatones: tiene que ir hasta unos 300 metros más abajo, junto al cruce con Augarrío, donde sí existe, porque ya se considera tramo urbano, tal y como indica una señal que limita la velocidad a 50.