El Concello de Arteixo, como propietario del Balneario desde el año pasado gracias a una donación de tres millones de euros de la Fundación Amancio Ortega, quiere reformarlo para que este inmueble hasta ahora privado tenga uso público, dirigido a jóvenes y mayores. Para esta reutilización primero sacó a contratación el vaciado interior del inmueble y también de unas construcciones anexas que afean el edificio: un alpendre donde se ubica la sala de calderas, en una esquina del interior del patio; y un volumen donde está la escalera y el ascensor. El Ayuntamiento licitó estas obras por 86.351 euros y se presentaron hasta quince empresas interesadas en hacer la demolición (tres tienen ahora que justificar su oferta tan baja).

Además de estas dos construcciones anexas los trabajos incluyen demoler el interior (todo el exterior es obligatorio conservarlo): lo que antiguamente era el vestíbulo, salón social, cafetería y comedor, y las dos plantas altas donde estaban las habitaciones del hotel. De esta forma se eliminarán las tabiquerías, el suelo de terraza y uno de madera, vigas, paredes, falsos techos de escayola, baños, carpinterías, toda la escalera de madera de las dos plantas, que está aún en buen estado. Se eliminará incluso el antiguo enlosado de piedra del patio.

El Gobierno local definirá próximamente los usos exactos de este edificio que es un emblema en Arteixo. La primera constancia que existe sobre el balneario es de 1760, en forma de recinto termal, con hostal, casa de baños y capilla. Inicialmente era un edificio en forma de L pero se amplió a otro cuerpo en 2003, hasta tener forma de letra U.