Tras años de parón, Costa Miño Golf reflota. Las máquinas vuelven a la macrourbanización de Martinsa Fadesa y ahora, con el viento inmobiliario a favor, el Concello miñense ultima los trámites para sacar a subasta las parcelas adjudicadas por el juzgado. El Ayuntamiento deposita en estas pujas la esperanza de rellenar al menos una pequeña parte del enorme agujero que el estallido de la burbuja inmobiliaria abrió en el municipio.

A continuación una guía de las subastas de terrenos proyectadas.

E Un terreno con veinte esqueletos de viviendas: 440.000 euros de precio de salida. Se trata de un ámbito de 7.800 metros cuadrados de la calle A Fraga, en la parte alta de Costa Miño Golf, con veinte estructuras inacabadas. El precio de salida rondará los 440.000 euros.

E Un parcela de uso comercial: 36.000 euros al año. El Concello miñense sacará a subasta el derecho en superficie de estos terrenos situados a la entrada del ámbito. El precio de salida es de 36.000 euros al año (más IVA) y el tiempo mínimo de la concesión, 30 años. La parcela tiene una superficie de 3.500 metros cuadrados y puede tener sótano, bajo y terraza. El Ayuntamiento confía en dotar a la macrourbanización de una zona comercial, dado que actualmente este ámbito no dispone de ninguna tienda y el único local de hostelería es la cafetería del campo de golf.

E Suelo para una gasolinera: 50.000 euros. Se trata de una parcela situada a orillas de la carretera CP-4802 a la salida de la urbanización. Dispone de una superficie de 1.200 metros cuadrados y un precio de tasación de 50.000 euros, según informan desde el Concello.

E El campo de golf seguirá en manos del Concello. Este recinto deportivo de 18 hoyos que atraviesa de punta a punta el ámbito de Costa Miño Golf es el único de los adjudicados al Concello que no saldrá a subasta, al menos en los próximos años. El Gobierno local que dirige el socialista Manuel V. Faraldo explica que seguirá gestionado por el club deportivo tras prorrogar hasta 2023 en el contrato firmado con Fadesa.

El Resurgir de Costa Miño

La oferta a baja de viviendas embargadas y la pandemia han supuesto un revulsivo para esta macrourbanización, paradigma del estalllido de la burbuja inmobiliaria y que ha pasado de ser un complejo de veraneo que giraba en torno al campo de golf a residencia fija de familias, sobre todo jóvenes con hijos.

La Sareb ha vendido prácticamente todas las parcelas de su propiedad y las inmobiliarias relatan que han recibido un aluvión de llamadas desde el confinamiento por la COVID-19 . "Se ha repoblado todo, ya no quedan viviendas a la venta", apuntan desde Poisa y Valiño, la inmobiliaria más veterana de Costa Miño, que comercializó las parcelas desde el principio y que llama la atención sobre el cambio de modelo residecial que experimentó esta macrourbanización, que se ha convertido en primera residencia.

"Se ha repoblado todo, ya no quedan viviendas a la venta"

Desde el levantamiento del confinamiento, Poisa y Valiño Asociados ha vendido 150 parcelas de este ámbito. Han volado también los terrenos embargados por los bancos. Uno de los últimos en venderse ha sido el que acoge los veinte esqueletos de viviendas a la entrada de urbanización.

El suelo ha sido adquirido por un veterano constructor, Francisco Pedreira, que formará ahora la sociedad Pareados Miño para desarrollar este ámbito con sus hijos. Su intención es ejecutar viviendas modulares con un diseño más moderno, en la línea de las nuevas construcciones que rompen con la estética del adosado clásico predominante en Costa Miño. El proyecto, todavía embrionario, incluye piscina para cada casa, aunque será opcional.