La pandemia a causa del coronavirus modificó conductas y costumbres en los hogares de la comarca. Por ejemplo, la urbe coruñesa registró un fuerte descenso de población mientras concellos de la comarca como Bergondo o Miño han ganado más habitantes que nunca, debido al incremento del interés por una vivienda unifamiliar en una finca, en zonas más rurales, en lugar de un piso. Sin embargo el COVID no ha modificado apenas la tendencia en la demanda de vivienda de protección oficial y promoción pública. El número de demandantes inscritos en el Rexistro Único del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) muestra que en enero de 2020, cuando apenas se sabía nada sobre un virus nuevo en China, había en la provincia de A Coruña 5.357 demandantes inscritos, y en enero de 2022, a fecha de ayer mismo, el número ha descendido a 4.445, casi mil personas menos, un descenso del 17%.

Tras la pandemia se ha producido en general en la comarca coruñesa una bajada en el interés por tener una vivienda de protección, de precio más económico, pero con dos excepciones, dos concellos en los que se ha producido justo la tendencia contraria, un incremento exponencial: Betanzos y Curtis.

Betanzos ha pasado de 22 personas inscritas en el Rexistro de Demandantes de la Xunta en enero de 2020 a un total de 50 en este mes, lo que supone más que duplicar la demanda, indicando un incremento del 127,2%. En este incremento puede haber influido el proceso de compra y rehabilitación para alquiler de vivienda protegida que realiza la Xunta en los últimos años en el casco histórico.

En el caso de Curtis la subida es aún mayor, pasa de los solo tres inscritos de enero de 2020 a los 16 que figuran ahora mismo, más que quintuplica la cifra, suponiendo un ascenso del 433% en el interés por optar a una vivienda protegida de las que promueven la Xunta.

Estos dos casos singulares, de gran incremento de demanda tras la pandemia, contrastan con la situación en el resto de municipios del área metropolitana. Por ejemplo en Bergondo bajó de 9 a solo 4 demandantes registrados, bajó a más de la mitad. También descendió el interés a menos de la mitad en Sada, pasando de 18 en 2020 a solo los 10 actuales.

En Miño no ha habido ningún cambio. Tiene 5 inscritos, los mismos que hace dos años. En Paderne sigue habiendo solo una persona inscrita. Coirós, Vilasantar o Irixoa no han variado la situación, siguen con cero inscritos. Vilarmaior tenía un demandante y ahora no hay ninguno. Oza-Cesuras pasó de cero a uno.