El local social de Infesta acogió el miércoles la constitución de la plataforma Infesta non se contamina, un colectivo vecinal que nace con el objetivo de impulsar mejoras en el funcionamiento de la maderera Betanzos HB (antigua Tafiber) que permita reducir el nivel de emisiones.

La asociación comenzó su andadura con la lectura de un manifiesto que anima a los residentes en la localidad de Infesta y de otras del municipio a sumarse a esta plataforma para lograr minimizar el impacto de la maderera que, afirman, padecen “desde hace decenios” y que, incide, no solo afectan a los núcleos más próximos a la factoría, sino a toda la ciudad de Betanzos. En el manifiesto, la plataforma apela a la emisión de humos y vertido de lodos y productos químicos a ríos: “Somos testigos directos de las consecuencias de estas emisiones en cultivos, ventanas y mobiliario de los jardines y en los vehículos día tras día”.

Cartel Infesta que difunde la plataforma en redes

Entre otras medidas, el colectivo pretende abrir ahora una ronda de contactos con la empresa, representantes del Gobierno local y la oposición y de la Xunta para trasladarles sus inquietudes y demandas e instarles a “tomar conciencia de la gravedad del problema y buscar soluciones efectivas”.

El colectivo prevé mantener también encuentros con los sindicatos para expresarles su “voluntad” de que se mantenga la actividad y los puestos de trabajo. Las principales demandas que Infesta non se contamina recoge en su manifiesto son la realización de inspecciones de la actividad de Betanzos HB “por organismos independientes que garanticen el cumplimiento de las directivas ambientales europeas”. Sus integrantes demandan también que se indemnice a los afectados y se reparen los daños causados.

El colectivo recalca que no pretende perjudicar a la empresa, sino velar por una “convivencia saludable y respetuosa con el medio ambiente y la calidad de vida”. Recuerda que la historia de esta industria “está llena de denuncias y posteriores promesas que fueron sistemáticamente incumplidas”.

Las quejas por las emisiones de esta maderera llevaron en 2018 al pleno de Betanzos a aprobar de forma unánime una moción para exigir medidas para reducir las emisiones e instar a la Xunta a analizar la situación.

La Consellería de Medio Ambiente concluyó entonces que cumplían los límites establecidos.