La aprobación definitiva de la declaración de Bien de Interés Cultural de la biblioteca de Emilia Pardo Bazán hace realidad una antigua reivindicación de la Real Academia Galega y reactiva el debate sobre el futuro de esta colección, dividida actualmente entre dos localizaciones: el pazo de Meirás, que atesora unos 3.000 volúmenes, y la sede de la RAG en la calle Tabernas, en A Coruña, donde se custodian cerca de 8.000 títulos.

La aprobación del BIC, pendiente aún de la publicación del decreto en el Diario Oficial de Galicia, ha propiciado las primeras reacciones. El Concello de Sada y la RAG emitieron ayer sendos comunicados en los que comparten satisfacción por una distinción que otorga a esta colección bibliográfica la máxima protección y tutela, pero en los que discrepan sobre el futuro de la biblioteca.

La Real Academia Galega aspira a que en un futuro todos los fondos se unifiquen en la calle Tabernas y recuerda que es responsable de la custodia y cuidado del patrimonio cultural de la escritora por la “decisión de su hija y heredera, Blanca Quiroga”, que donó la residencia familiar de Pardo Bazán en A Coruña para “perpetuar la memoria” de la escritora.

El Concello de Sada discrepa y defiende la “necesidad” de que la biblioteca “fije su sede en el pazo de Meirás, declarado Bien de Interés Cultural en 2008 en la categoría de sitio histórico por su vinculación con la condesa de Pardo Bazán y el dictador Francisco Franco. El Concello defiende que el mantenimiento de esta colección en Meirás es “fundamental para la integridad como sitio BIC” del pazo de Meirás, diseñado por Pardo Bazán y donde escribió buena parte de obra y donde permaneció casi la totalidad de la colección hasta el incendio de 1978.

El futuro de la biblioteca sigue en el aire, con As Torres inmersa en un litigio judicial que afecta a la titularidad del inmueble—pendiente del recurso ante el Supremo — y a los bienes muebles —en el aire a la espera de la resolución de dos incidentes de ejecución contra el auto que levantó su depósito cautelar—.

La declaración BIC de la biblioteca de Pardo Bazán no supone un reconocimiento de titularidad, pero dota a la Xunta de instrumentos para impedir el traslado de los títulos depositados en Meirás por parte de los nietos de Francisco Franco, que propusieron sin éxito su cesión a la Real Academia Española.

El Gobierno gallego ha evitado hasta ahora pronunciarse sobre el futuro de los fondos, aunque ha expresado su deseo de reconvertir As Torres en un “faro de la libertad” vinculado a la autora de La Quimera. En el comunicado en el que anuncia la declaración definitiva del BIC, la Xunta no hace ninguna alusión a la ubicación futura de esta colección y ayer, a consulta de este diario, se limitó a decir que en la Dirección Xeral de Patrimonio no constaba ninguna solicitud de la RAG para el traslado de los fondos.

El Estado, propietario aún provisional del pazo de Meirás, evita pronunciarse. El senador coruñés Miguel Lorenzo presentó recientemente una pregunta por escrito para que el Gobierno aclarase si valoraría en un futuro la petición de la RAG de trasladar a su sede en Tabernas los 2.972 volúmenes depositados en Meirás y “mantener un principio de unidad del legado” de Pardo Bazán. “En la medida en que en este momento la Administración General del Estado no es titular de los bienes existentes en el pazo de Meirás, no sería posible a día de hoy acordar la remisión de los fondos bibliográficos aludidos”, se limita a responder el Estado.

El Gobierno anunció hace ya meses que prepara una demanda para reclamar los elementos de Patrimonio Nacional, sin entrar en más detalles. Estado y Xunta negocian además desde hace meses un convenio para ampliar el BIC del pazo a los bienes merecedores de protección. La demora en aprobarlo propició las quejas de entidades memorialistas y de Sada, que reclamó ayer nuevamente celeridad.

Sin consenso sobre el futuro de la biblioteca, hay un extremo que no ofrece dudas: el valor de una “colección esencial”, un patrimonio único que, para satisfacción de todos, ya es un Bien de Interés Cultural.