Hoy, 30 de enero, se cumplen dos años de la declaración definitiva de Bien de Interés Cultural de La Terraza de Sada. La efeméride llega con este “superviviente único” de la arquitectura recretativa del modernismo en horas bajas, inmerso en un limbo administrativo y sin que hayan trascendido avances en su rehabilitación.

Este impasse contrasta con las advertencias que vertía la Consellería de Cultura en la resolución que puso fin a 45 años de trámites, en la que apelaba a la imperiosa necesidad de redactar un plan de conservación dado el “precario” estado de este quiosco modernista, elevado a la categoría de “bien singular de Galicia” por sus “valores culturales” y por “representar un caso único de conservación” de los inmuebles de esta tipología.

Este antiguo quiosco de refrescos y golosinas, trasladado desde los Jardines de Méndez Núñez a Sada en 1920, presenta importante deficiencias en la carpintería, los elementos decorativos y forjados, que han llevado a los expertos en patrimonio a reclamar una intervención urgente.

Terraza de Sada Víctor Echave

El Concello de Sada ha incluido una partida en el presupuesto de 2022 —pendiente aún de aprobación— para colaborar en la redacción de un plan director que establezca los objetivos concretos de cara a la rehabilitación de este BIC, que el Plan Xeral de Ordenación Municipal califica como sistema general de equipamiento público de uso sociocultural, lo que no impediría mantener también el hostelero.

La demora en elaborar un plan integral de conservación contrasta con el avance de los proyectos de otros BIC declarados prácticamente al mismo tiempo que La Terraza, como El Pasatiempo, Bien de Interés Cultural desde febrero de 2020. En este caso, fue la Xunta la que tomó las riendas y adjudicó el pasado julio la redacción del plan director, un instrumento que considera clave para la correcta recuperación del emblemático parque enciclopédico, propiedad del Concello de Betanzos.

La situación administrativa de La Terraza complica los trámites para abordar su rehabilitación. Este quiosco modernista de madera, hierro y cristal, que ocupa terrenos de dominio público marítimo-terestre, permanece con la concesión en precario desde julio de 2018. La Dirección General de la Costa y el Mar dio el pasado año la razón al Concello y denegó la solicitud de una prórroga del permiso concedido en 1922, pero los concesionarios presentaron un recurso de reposición y el Ministerio para la Transición Ecológica rehúsa pronunciarse sobre la petición de cesión realizada por el Ayuntamiento hasta que se resuelva el recurso.

La Terraza de Sada. Víctor Echave

El alcalde, Benito Portela (Sadamaioría), reclamó ayer a la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar y la Demarcación de Costas que proceda “sin más dilación” a la resolución expresa de la prórroga y la extinción de la concesión de La Terraza y, posteriormente, a la desafectación de este bien del dominio público marítimo-terrestre para su cesión al Concello.

El regidor advierte de que el “deficiente estado en el que se encuentra el edificio emblema de Sada” no admite más demoras,  opinión que comparte toda la Corporación. El consenso político se rompe a la hora de pronunciarse sobre las medidas que corresponde adoptar. El Gobierno local de Sada aprobó en solitario en febrero de 2020 reclamar la cesión de La Terraza para que el edificio pase a ser propiedad municipal y el Concello “pueda gestionarlo y ponerlo en valor”.

Los grupos de la oposición, PP y PSOE se mostraron conformes con solicitar la desafectación de este bien patrimonial del dominio público marítimo-terrestre, pero manifestaron sus “dudas legales y éticas” sobre la demanda de cesión. Ambos grupos defendieron la necesidad de alcanzar un acuerdo “justo” con los actuales gestores, que consideran los “legítimos propietarios”. En los últimos meses, Alternativa dos Veciños, que forma parte del Ejecutivo, se ha manifestado también a favor de negociar un acuerdo con los concesionarios, que defienden que La Terraza es de su propiedad y que la concesión afecta solamente a los terrenos, extremo que rechaza el alcalde, que incide en que, por ley, los bienes revierten en Costas una vez vencida la concesión y que subraya que el propio organismo estatal proponía en la resolución que denegó la prórroga mantener el edificio en su actual ubicación por su valor cultural.

Retos para la octava vida de La Terraza

La resolución de la Dirección Xeral do Patrimonio que puso fin a 45 años de trámites para declarar BIC La Terraza advertía del precario estado de conservación de este "superviviente único y singular", un "ejemplo de la arquitectura recreativa ligada al ocio que sobrevivió a la desaparición casi absoluta de sus coetáneos de vida efímera". A las labores imperiosas de conservación, Patrimonio suma otras que deben ser objeto de estudio en el marco de un proyecto de restauración complejo, como la recuperación de los acabados y adornos originales del quiosco de los que se conserven datos.

El plan de conservación debe incluir también medidas para reducir el impacto del tráfico sobre este bien patrimonial, que los rellenos en el paseo marítimo convirtieron en "una isla rodeada de un tráfico intenso y aparcamientos", como advierte uno de los mayores expertos en La Terraza, el arquitecto José Ramón Soraluce, que ve necesario reducir la circulación en este tramo para dotar al quiosco modernista de "un entorno más noble". Otros especialistas, como Xosé Lois Martínez, advirtieron ya hace años del impacto del tráfico circundante dada la fragilidad de los materiales de La Terraza.

Otro punto en la que coinciden los expertos es en la necesidad de que a la hora de definir los usos se priorice que La Terraza "sea un espacio vivo". "Si no hubiese mantenido la cafetería sería un edificio en ruinas", advierte Soraluce, que elaboró junto a Laura Bouza el estudio Las siete terrazas de Sada, que repasa las sucesivas transformaciones de este edificio. La coautora se pronuncia en el mismo sentido: "Es muy importante respetar su esencia", defiende.