Tranquilidad. Este es el mensaje que traslada la residencia de mayores de Oleiros, de titularidad pública, que se ha visto afectada por un brote de COVID en el que se han registrado 109 casos, lo que supone el 40% del total de usuarios del centro. El director del recinto, Fernando Martínez, explica que “nunca es agradable tener un brote”, pero que “la situación gracias a las vacunas es estable y tranquila”, ya que “no hay síntomas graves”. La mayor parte de los internos son asintomáticos y una minoría presenta síntomas leves como pueden ser unas décimas de fiebre o carraspera.

El centro, que atiende a grandes asistidos, empezó a detectar un incremento en el número de casos de coronavirus a mediados de enero y desde entonces la cifra se disparó hasta llegar a superar el centenar de enfermos que hay en la actualidad. Los datos de esta residencia, en la que hay 284 mayores, fueron facilitados por la Consellería de Política Social el pasado miércoles, día en el que difundió el balance semanal de casos en geriátricos.

El brote ha obligado a aislar a los mayores infectados en sus habitaciones

El director de la instalación oleirense confía en que la situación empiece a mejorar pronto y señala que ahora mismo la residencia tiene que afrontar más “un problema de logística que de salud pública”, ya que el brote ha obligado a activar los protocolos sanitarios para evitar que haya más casos. Esto supone que los mayores deban romper con su rutina y tengan que estar aislados en sus habitaciones, o que mucho salgan lo mínimo posible, como puede ser en el caso de los cuartos que no tienen ducha. Martínez asegura que para muchos el mayor problema es tener que afrontar el aburrimiento.

En cuanto al propio funcionamiento del centro, la puesta en marcha de los protocolos para intentar combatir el brote obliga a reorganizar la realización de múltiples tareas, como puede ser la hora de la comida, ya que ahora los mayores no pueden bajar al comedor, lo que implica que el personal tenga que llevar la comida hasta las habitaciones, según señala el director.

Ante la situación en la residencia de Oleiros, la CIG informó el pasado miércoles que remitió un escrito a la conselleira de Política Social, Fabiola García, para solicitarle que comparezca “de inmediato” en el Parlamento para informar sobre este asunto. La central nacionalista acusa a García y a los responsables de su departamento en A Coruña de “dejadez” y de ser responsables de la “falta de personal de refuerzo, descanso, acumulación de tareas, estrés laboral y escasez de medios”.