Hace veinte años, y en mayo hará veintiuno, que se redactó el documento que dio origen al vial 13 o vía ártabra: el Plan Sectorial da Rede Viaria de Rede Viaria de A Coruña, Arteixo, Culleredo, Cambre e Oleiros, promovido por la Consellería de Política Territorial, Obras Públicas e Vivenda. Dos décadas después, el vial se ha topado con obstáculos en el camino que han ralentizado su marcha al punto de detenerla. La demora en los trabajos de retranqueo de líneas de servicios, que la Xunta prevé iniciar en primavera; el retraso concretar la autorización de Fomento a la conexión con la autopista AP-9, y la modificación del trazado para alejarlo del humedal de A Gándara, tras demandarlo con insistencia la Asociación de Vecinos de Cambre Afectados por Infraestruturas y el Ayuntamiento, que llegó a recurrir a los tribunales, marcan el trecho final de la infraestructura, aún sin determinar por completo, puesto que la Xunta ha apostado sin fisuras por en enlace con la AP-9 pero, en estos años, ha llegado a renegar de la unión con la autovía.

Con las obras paralizadas, los vecinos renuevan la lucha contra la infraestructura, de la que han advertido en numerosas ocasiones que tiene gran impacto en el municipio y el medioambiente y no ofrece los debidos servicios a los habitantes de Cambre. La asociación que ha abanderado el combate para modificar el trazado y el Ayuntamiento insistieron en reclamar que el enlace con la ártabra se ubicase en Catro Camiños y libre de peaje. Esta batalla no la ganaron. Y, como “irreductibles galos”, mantienen su oposición a los “desmanes” y su reivindicación de un trazado “eficiente, seguro y respetuoso con el patrimonio natural y cultural”, defiende el secretario, Javier Rodríguez-Losada, en un artículo publicado en la web de Ascega (Asociación de Emprendedores de Galicia).

El representante vecinal apunta por su “falta de implicación” a “instituciones relevantes “como el Concello de A Coruña. Ve sorprendente que el Ayuntamiento coruñés haya tratado como cuestión ajena el trazado de la vía ártabra cuando las consecuencias de su diseño repercutirán de forma directa en la ciudad, sostiene. “Una vía que nacía para distribuir el tráfico entre las diferentes entradas a la ciudad (Nacional-VI, AP-9 y tercera ronda por la A-6), está actualmente concentrando el tráfico por la A-9”, advierte. Rodríguez recuerda, además, que la empresa concesionaria de la autopista, Audasa, “ya anunció que sólo autorizará la conexión de la vía ártabra si le permiten ampliar un nuevo carril en dirección A Coruña”, lo que redundará en un incremento del tráfico en la avenida de Alfonso Molina, señala.

Los vecinos sospechan que, tras la planificación de las obras, se encuentre el objetivo de negociar con Audasa una ampliación de la concesión a cambio de asumir estas obras. Rodríguez recuerda el elevado coste de circular por la autopista en los tramos de la comarca coruñesa y pide un “liderazgo institucional firme” que haga frente.