Endesa a través de su división de energías renovables, Enel Green Power, tramita dos nuevos parques eólicos ante el Área de Industria y Energía de la Delegación del Gobierno en Galicia. Se trata de los proyectos de Caíño y Brancellao, que en las últimas semanas han disparado las alertas entre los habitantes de la comarca de la montaña betanceira ante el temor a su impacto.
¿En qué consisten los proyectos? Son dos parques eólicos que afectan a varios municipios de la comarca de la montaña y que suman 58 aerogeneradores de 115 metros de altura y 327 megavatios en total. Se trata de los proyectos Caíño, que abarca terrenos de Aranga, Curtis, Oza-Cesuras, Abegondo, Sobrado y Guitiriz, y Brancellao, que afecta a los concellos de Curtis, Vilasantar, Mesía, Carral, Boimorto, Frades y Ordes. El primero cuenta con una inversión de 150 millones de euros y el segundo, con 116 millones.
¿Qué temen los concellos? Curtis acordó recientemente por unanimidad en pleno instar a las administraciones competentes a no autorizar estos parques, solicitar el apoyo de los sindicatos agrarios, cooperativas, colectivos sociales y la Reserva de Biosfera y dar traslado del acuerdo a la Dirección General de Política Energética y Minas, el órgano competente para resolver las autorizaciones administrativas previas. A esta demanda se sumó la pasada semana el Concello de Vilasantar, , que expresó su “rechazo frontal y firme” al parque Brancellao (el único de los dos que afecta a su territorio) y que considera, al igual que Curtis, incompatible con la actividad agrícola, ganadera y forestal que se desarrolla en las zonas afectadas.
¿Cómo han reaccionado los vecinos? Residentes de los municipios afectados continúan con sus movilizaciones contra estos dos parques. La plataforma vecinal Caíño-Brancellao ha celebrado reuniones. El colectivo, integrado por distintas plataformas vecinales pone a disposición de los residentes un modelo de alegaciones en el que pone el acento en el impacto de ambos proyectos en los núcleos, en los ecosistemas, el paisaje y el patrimonio cultural.
¿Qué impactos prevé el proyecto? Destaca que los aerogeneradores se sitúan a más de 500 metros de los núcleos de población, considera compatible o moderado el impacto sobre los bienes patrimoniales y espacios naturales, con una afectación “compatible” en las Zonas de Especial Conservación Betanzos-Mandeo y del v Cecebre. Sobre el impacto paisajístico, en ambos casos apelan a la existencia de otros parques eólicos en el entorno.
¿Qué asegura Endesa sobre los proyectos? La empresa se compromete “a preservar la distancia legalmente establecida a núcleos rurales, caminos, restos arqueológicos o espacios de interés ambiental que haya en la zona”. Sobre la tramitación, la firma asegura que “se está aplicando en los proyectos de Caíño y Brancellao es la más exigente de las establecidas en España e incorpora el estudio de efectos sinérgicos en un radio de 15 kilómetros, teniendo en cuenta tanto ambos proyectos como otros que pueda haber en tramitación por parte de empresas terceras”.
¿Qué ingresos prevé la empresa que recaude el Concello de Curtis? La previsión de la empresa energética es que las arcas municipales del municipio curtiense recauden “una cuantiosa suma” con el impuesto de obras (ICIO) y las tasas de licencias municipales, que se abonarían en el momento en el que se tramite la concesión de la licencia de obras para el proyecto. Cuando los parques entren en producción, Endesa señala que pagará “más de un millón de euros cada año” en concepto del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y canon eólico.
