La empresa Tasga Renovables, con sede en Santiago de Compostela, solicitó a la Xunta un caudal de agua en el lago de As Encrobas, en Cerceda, para la instalación de una central hidroeléctrica reversible en el verano de 2021. Desde entonces realiza todos los trámites legales para poder poner en marcha esta actuación. Ahora Augas de Galicia expone al público el proyecto, lo que permite conocer al detalle algunas de sus características. La inversión prevista es de 357 millones de euros y el plazo de ejecución de las obras es de casi seis años.
El proyecto a desarrollar es una central reversible, que transforma la energía potencial del agua en electricidad, como en cualquier salto hidroeléctrico tradicional, y además, como novedad, tiene la capacidad de hacerlo a la inversa, es decir, la suben a un embalse superior consumiendo electricidad para ello. De este modo, se prevé la utilización del lago como depósito inferior y como almacén superior, una balsa de nueva construcción. Esta última tendrá una superficie de 153.870 metros cuadrados, correspondientes a su cota más alta de operación.
El documento técnico recoge que el “circuito hidráulico se diseña con las conducciones en túnel en toda su longitud”, de manera que “los únicos elementos vistos del proyecto son la balsa y los edificios de los pozos de compuertas”. La tomas únicamente quedarían vistas en el caso de vaciado de la balsa o un descenso de nivel elevado en el lago por causas ajenas a la explotación de la central, según indica el proyecto.
Augas de Galicia recibió dos ofertas en el trámite de competencia para la central hidroeléctrica de As Encrobas. Una es la del Grupo Tasga. Lo hace a través de Coventina Renovables, integrada en Tasga, que a su vez forma parte del Grupo Legio, dominado por Legio Auriense SA (cuya cabeza es el presidente de la conocida constructora Copasa). La otra empresa es Green Capital Power.
Apertura del lago
En mayo del pasado año abrió al público el lago de As Encrobas tras desarrollarse el proyecto de llenado de la mina durante cerca de un decenio y ser entregado a Augas de Galicia. Naturgy desarrolló la obra, que contó con una inversión de 60 millones de euros, y que recupera el espacio afectado por la actividad minera con la creación de un lago de 2,2 kilómetros de longitud y un kilómetro de anchura (171 hectáreas) en el antiguo hueco de la mina, y la reforestación de los terrenos y de los depósitos de estériles de mina.
Ahora, según Naturgy, se ha creado “un gran espacio protegido de biodiversidad”.
