La Opinión de A Coruña

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Biona ya no fabrica piensos, solo quedan dos trabajadores y traslada la maquinaria

Los dueños de la emblemática planta de Nós, abierta desde 1965, pactaron despidos y traslados a la planta de Sada EEl edificio presenta un gran valor como arquitectura industrial

Manuel, ayer en la fábrica de Biona en Nós. | // M.V.

Ni rastro de los cientos de palomas que cada día sobrevolaban la fachada o estaban posadas en el tendido eléctrico a la espera de la descarga de los camiones. Piensos Biona de San Pedro de Nós dejó de fabricar el pasado día 18. Ahora solo quedan algunos sacos de producto por repartir y maquinaria, aún útil para embalar y enviar a otras plantas de la empresa en España, trabajo que realiza Manuel, uno de los responsables de mantenimiento y que junto al jefe de fábrica, son los dos últimos trabajadores que quedan ya de los 22 que había en la planta, a punto de echar el cierre.

–¿Te da pena que cierre la fábrica?

–No lo sabes tú bien.

Manuel ha trabajado en Biona durante los últimos veinte años y ha vivido todo el traspaso de empresas, la concentración y globalización del sector. “Cuando empecé esto era Conagra aún, una empresa americana. Ahí delante la carretera aún era adoquinada. Aquí, en Nós, empezó todo, en 1965. A los pocos meses ya fue Saprogal, después la compró el grupo estadounidense Carlyle, que después la vendió a Mercapital. Después Saprogal, de Mercapital, y Leche Pascual se fusionaron y salió Núter y luego el grupo holandés De Heus lo compró”. La compañía ha ido reduciendo plantas en España y concentrando actividad. Cerró la planta de Talavera de la Reina, hace años demolió la fábrica de Biona de Burgos. En Oleiros de los 22 trabajadores nueve salieron con despido acordado y el resto fueron reubicados, sobre todo en la planta de Sada. Manuel está prejubilado, con contrato de relevo, y cumplirá 65 en unos meses. Uno de los que se ha trasladado a Sada era el más antiguo, más de treinta años en esta fábrica emblemática.

Este trabajador empaqueta piezas de la planta que aún están en buenas condiciones para enviar a Aranda y Benavente. Cree que en mayo o junio ya se cerrarán las instalaciones definitivamente. “Es una pena, esta fábrica tenía una capacidad de producción de 10.000 toneladas al mes”, señala con orgullo.

Estos días algunas palomas aún siguen acudiendo a la fábrica. Se meten en la zona de aspiración, intentan entrar en el almacén. No comprenden qué ha pasado. “Ellas ya lo sienten bien. Tuvimos que meter gomas y rejillas para impedir que se metiesen debajo del camión cuando caía grano al descargar, porque quedaban debajo”, explica este trabajador.

Distintas publicaciones de expertos en arquitectura han destacado en los últimos años el interés de plantas como la de Biona. Esta fábrica tiene un indudable interés como patrimonio de arquitectura industrial. La estructura del edificio, sus cubiertas semicirculares, su maquinaria, mezcladoras, granuladoras, la cosedora. Piezas tan interesantes como los pupitres de control de las mezclas de cereales, que parecen ordenadores de la NASA. Esta fábrica es un museo dentro de un edificio idóneo para su conservación y uso dotacional.

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