La Opinión de A Coruña

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El extraño caso de 2019: menos nacimientos registrados y colegios con vacantes en Infantil

Colegios públicos y privados de Oleiros tuvieron más oferta de plazas que demanda para tres años | El padrón registró menos natalicios en 2019 que en 2018 y 2020

Escolares y progenitores ante el Parga Pondal en una protesta en 2020 por falta de profesorado. | // C. PARDELLAS

Cuando el pasado 21 de marzo finalizó el plazo de admisión para cuarto de Infantil en los colegios de Oleiros, los niños y niñas de 3 años, los colegios se encontraron con una situación novedosa: han quedado plazas vacantes. En el colegio Luis Seoane de Canide se ofertaban cincuenta plazas para los que inician la enseñanza y registró treinta solicitudes, es decir, quedaron veinte plazas. El Valle Inclán de Perillo contabilizó cuarenta solicitudes, dejando diez vacantes. Otro ejemplo: el Juana de Vega de Nós solo cubrió 31 de las cincuenta plazas. Y esto en un municipio que no deja de aumentar población cada año (casi 400 personas más cada anualidad).

Esta situación inédita de tantas plazas vacantes en cuarto de Infantil en los colegios públicos también se ha producido en la privada. Desde el centro Cristo Rey confirmaron que efectivamente este año habían quedado “plazas sin cubrir”, aunque sin precisar el número, y destacaron que se había comentado entre el profesorado esta situación que esperan que “mejore” pronto.

Las vacantes en cuarto de Infantil corresponden a niños de tres años, es decir, nacidos en 2019. El padrón municipal de Oleiros contabilizó ese año, efectivamente, menos natalicios que nunca: un total de 179, una cifra tan baja que hay que ir a 1995 para hallar una igual de escasa.

El coronavirus no ha influido en este bajón. En 2018 se registraron en el concello 267 alumbramientos y en 2020, en plena pandemia, hubo 236 altas frente a las 179 de 2019. Es decir, que en ese año hubo un descenso en la natalidad del 31,8%.

El concello de Oleiros desde 1997 ha registrado cada año más de 200 nacimientos, incluso en varios ejercicios ha tenido más de 300 (en 2010 hasta 331). Al comparar las altas por nacimiento grabadas en el padrón de Oleiros con los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) se observa una disparidad de cifras que puede explicar en parque qué sucede con los niños y niñas que nacen en Oleiros. Según el IGE en 2019 efectivamente hubo muchos menos alumbramientos pero figuran más que en el padrón oleirense, concretamente 209.

En el padrón municipal se graban las altas por nacimiento pero, según indican desde este departamento municipal, eso no significa que “todos los niños estén inscritos en el registro civil de Oleiros, muchos están inscritos en el de A Coruña”.

Ésta puede ser una de las cuestiones que puede haber influido más en lo que ha sucedido en este curso respecto a la matrícula de cuarto de Infantil: hay muchas parejas que viven en el municipio oleirense pero tienen a sus hijos e hijas matriculados en centros coruñeses, concertados y privados. Son parejas que trabajan en A Coruña o en concellos de la comarca y que han escogido Oleiros para vivir, sobre todo en zonas como Perillo y Santa Cruz, pero tienen a sus pequeños en centros como el de Santa María del Mar, en As Xubias, como es el caso de una pareja que vive en Beiramar, en Perillo.

Algunos expertos en sociología, como la profesora Belén Fernández de la Universidade de A Coruña han apuntado que algunos progenitores, a pesar de su apuesta por la enseñanza pública, han optado por la privada por ofrecer “horarios más amplios, más flexibles, y más actividades extraescolares”, dentro de una “tendencia demográfica generalizada a la baja en Galicia” desde hace años y en la que también influye el “poco apoyo” a la corresponsabilidad, los trabajos inestables y precarios, la emigración a otros países y el “asentamiento” de la inmigración.

“A escala global existe un descenso de nacimientos desde hace años y una menor inmigración, pero a escala local, de un concello, pueden influir muchos factores”, apuntó el profesor de Sociología de la Universidade Diego López de Lera.

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