La Audiencia Provincial acogió ayer el juicio por una pelea el 17 de noviembre de 2018 entre el edil de Urbanismo de Arteixo, Alberto Castro, y un vecino. Por estos hechos, el concejal del PP se enfrenta a una multa de 210 euros por un delito leve de lesiones y el otro acusado, a un año y tres meses de prisión y al pago de 2.520 euros por los delitos de atentado y lesiones.

Los dos encausados, demandantes y a su vez acusados, residen en la parroquia de Larín y ofrecieron versiones radicalmente distintas de lo ocurrido. En la vista, que duró menos de dos horas, solo declararon dos testigos y ambos ratificaron, al menos parcialmente, la versión del edil.

Alberto Castro relató que iba en coche por Larín cuando este vecino, que tiempo antes se había quejado en el Concello por una avería en una traída de agua privada, le hizo señas para que se detuviese, por lo que frenó y bajó la ventanilla. “Me gritó: ‘¡Hijo de puta, te vas a enterar, mi madre se volvió a quedar sin agua!’”, narró el edil.

Según su relato, el hombre comenzó a golpear el coche y se introdujo en el interior: “Él se tiró sobre mí y me empujó. Me asusté mucho, me protegí la cara con los brazos, fue lo único que me dio tiempo a hacer”, declaró Castro, que relató que este vecino llegó a ponerle una rodilla en el pecho”: “No podía respirar”. El edil negó que hubiese golpeado a su vez a este vecino y explicó que a consecuencia de la agresión estuvo de baja por una fisura de esternón.

El otro acusado, de iniciales, F. C, ofreció una versión radicalmente distinta. Negó que los problemas con la traída hubiesen tenido algo que ver en este desencuentro y declaró que se cruzó con el edil de forma casual y le pidió que detuviese el coche para pedirle explicaciones por un vídeo que le había enviado unas semanas antes al WhatsApp sobre una agresión a una joven a la salida de una fiesta y que atribuyó a una “broma de mal gusto”. “Le pregunté a qué venía ese mensaje y el me dijo ‘¡y qué? , ¿qué vas a hacer? y me propinó un golpe, forcejeamos, resbalé y le di un golpe para que me soltase”, relató este vecino, que afirma que sufrió una contusión. A preguntas de los letrados y la fiscal, detalló que conocía a Alberto Castro desde 2009, cuando coincidieron en la comisión de fiestas.

El concejal de Urbanismo sostuvo que el vídeo al que hacía alusión no había salido en ningún momento a colación y explicó que se trataba de un cortometraje sobre violencia de género realizado por escolares que había reenviado a un grupo de whatsApp con más de cien personas para darle difusión.

Tras las declaraciones de los dos acusados, un testigo relató que vio desde la puerta de su negocio cómo el vecino golpeaba el coche del concejal, le increpaba y se introducía en el interior: “No vi lo que pasaba dentro, solo que forcejeaban”, apuntó. El otro testigo, sobrino del concejal, declaró que iba hablando con su tío por teléfono y que oyó cómo el acusado le insultaba por lo del agua y ruidos como de forcejeo.

El abogado de Alberto Castro considera acreditado que su representante fue víctima de una agresión por su condición de edil y pidió declarar prescrito el cargo contra su representado que, incidió, se limitó a defenderse: “No hubo agresión alguna por su parte y, de haberse producido, habría sido de legítima defensa”, alegó el letrado, que incidió en que el parte de lesiones de la otra parte solo recogía una contractura y que no puso la denuncia hasta cuatro días después .

El abogado del vecino negó que el desencuentro guardase relación con la condición de edil de Alberto Castro, incidió en que no había documentación que acreditase tal extremo y enmarcó el desencuentro en el “terreno de las relaciones personales” y como detonante, el mensaje de WhatsApp. Incidió en que el testigo no vio ninguna agresión y pidió que se tuviese en cuenta que su representado tenía diagnosticado desde hace un año un trastorno bipolar.