La caída de abonados por la pandemia, la cancelación de cursos, la finalización del ERTE y la inflación han puesto contra las cuerdas a la concesionaria de la piscina municipal de Betanzos, Itude, que se encuentra al borde de la suspensión de pagos.
Su administrador, José Antonio Pérez, admite que la situación es “crítica”, aunque niega tajantemente que a día de hoy esté en concurso y se muestra dolido por los “bulos” que circulan por las redes sobre supuestos impagos y deudas.
“Todo lo que se está diciendo en redes sociales es absolutamente falso. La situación es insostenible y es posible que entremos en administración concursal, pero ahora mismo no hay nada de eso. Nada. A día de hoy esta empresa no le debe un céntimo de euro a nadie”, recalca el responsable de la concesionaria.
José Antonio Pérez admite que, aunque actualmente está al día en todos los pagos, es probable que no pueda pagar las nóminas de abril. Detalla que este mes prevé unos ingresos de 17.000 euros y unos gastos de 52.000: “La quiebra es total, si no cierra es porque hay un contrato”, afirma este empresario.
La quiebra es total, si no cierra es por que hay un contrato
La situación, dice, es similar a la del resto de instalaciones deportivas del país, muy castigadas por la pandemia del COVID-19. La piscina del Carregal, detalla, dispone ahora de unos seiscientos abonados, muy lejos de los 1.300 de antes de la declaración de la emergencia sanitaria. Y la finalización del ERTE y consiguiente reincorporación de toda la plantilla ha coincidido con un importante incremento de los gastos energéticos. La tormenta perfecta.
Itude ha solicitado recientemente al Concello de Betanzos una nueva compensación para el restablecimiento del equilibrio económico financiero. La empresa cifra en alrededor de 200.000 euros la compensación por las pérdidas durante 2021. El Concello ya le reconoció 116.758 euros por la pérdida del equilibrio económico durante 2020 en dos pagos, uno de 73.506 euros y otro de 43.258 euros.
El responsable de esta concesión deportiva recalca que se trata de un pago al que tiene derecho por ley, pero duda que este balón de oxígeno llegue a tiempo para revertir una situación límite: “Los trámites son largos”, apunta.
El contrato para la gestión de esta instalación deportiva del Carregal finaliza en agosto y su futuro está en el aire. “En unos días el Concello va a sacar la concesión y no nos vamos a presentar ni de broma, es absolutamente ruinoso”, afirma tajante José Antonio Pérez. Este gestor vaticina un negro porvenir para la piscina con las actuales condiciones contractuales. “El futuro que se vislumbra es el cierre de la instalación. Están todas abocadas al cierre”.
