La Xunta eludió ayer en el Parlamento comprometer ayudas para colaborar con el Concello de Bergondo en el soterramiento de la línea eléctrica que sobrevuela el monasterio, Bien de Interés Cultural.

En respuesta a una pregunta de la diputada nacionalista Mercedes Queixas, la directora xeral de Planificación Enerxética e Recursos Naturais, Paula Uría, replicó que la ley establece que es el peticionario, en este caso Bergondo, el que debe asumir el coste del proyecto y la obra y recalca que este tendido da servicio a numerosos municipios y fue ejecutado en 1970.

La respuesta no convence al BNG. Mercedes Queixas, que planteó la pregunta en la Comisión de Cultura, lamentó que no fuese la directora xeral de Patrimonio la que se pronunciase sobre este asunto y apeló al importante impacto de esta línea sobre un BIC cuya existencia está documentada desde 1138 y que constituye uno de los principales bienes patrimoniales y turísticos de Bergondo.