La Opinión de A Coruña

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“La conductora echó a mi hijo de 13 años del bus por soltársele una goma de la mascarilla”

Un padre de Perillo presenta denuncia en la Guardia Civil por abandono de un menor en la N-VI | Alsa dice que la mascarilla es obligatoria y se puede parar el autobús y llamar a la autoridad

Román Vázquez, ayer en la parada de bus en la Nacional VI en O Graxal donde denuncia que ordenaron bajarse a su hijo. | // I.R.

Una familia de Perillo presentó una denuncia ante la Guardia Civil el pasado viernes por abandono de un menor después de que la conductora del autobús de transporte público ordenase a su hijo, R.V.S., de 13 años, bajarse en medio de la Nacional VI en O Graxal (Oleiros) porque se le había soltado una goma de la mascarilla. La empresa Alsa, preguntada por esta denuncia, contestó a través de redes sociales que “el uso de mascarilla en el transporte público es obligatorio por ley. Los conductores recuerdan la obligatoriedad de llevar la mascarilla durante todo el viaje. Y durante el viaje para el conductor prima la seguridad vial, recuerdan el uso de la mascarilla pero si surgen problemas con viajeros pueden llegar a parar el autobús y llamar a la autoridad competente para que actúe con estos viajeros”.

“Nuestro hijo va al instituto Miraflores y coge el autobús sobre las 14.10 horas en la parada allí enfrente y lo deja junto al viaducto de Santa Cristina. Este viernes la conductora, en la parada anterior, había llamado la atención a un grupo de chicos por no llevar la mascarilla. A mi hijo se le soltó la goma de una oreja y estaba intentando hacerle un nudo para sujetarla cuando la conductora lo vio, paró el autobús en la Nacional VI en O Graxal, en el carril de servicio, y le dijo: ‘Tú no entiendes el castellano, bájate del autobús, ya cogerás el siguiente’. Y le mandó bajarse allí mismo, a dos kilómetros de casa. Pero ella ni siquiera sabía dónde iba a bajarse, podía ser en A Coruña, y lo dejó tirado en Perillo, sin dinero, sin teléfono móvil”, relata el padre del menor, Román Vázquez, con indignación ante la “angustia” que sufrió su hijo, quien declaró que nunca se quitó la mascarilla, solo intentaba arreglarla.

Un amigo del chico supo reaccionar con rapidez y como conoce desde hace años a la familia de R.V.S, llamó por su móvil a la madre y al no poder contactar avisó al padre de su compañero, que acudió rápidamente hasta la parada de O Graxal donde la conductora dejó al estudiante.

“El amigo quedó asustado porque en esa parada no hay nada, están las ruinas de las Casas Bailly y maleza, y nada más. Incluso intentó llamar a Alsa porque quería solucionarlo antes de que la conductora volviese a arrancar el autobús para que mi hijo no se quedase allí tirado, pero no lo logró”, señala Román Vázquez, que a las 14.29 horas recibió la llamada del compañero y acudió a recogerlo con el alma en vilo.

“Estuvo una hora allí esperando. Nuestra casa está a unos dos kilómetros de la parada donde le dejó esta conductora. Él no supo reaccionar en ese momento, por los nervios, es algo que no te esperas. La conductora debió preguntarle si tenía dinero o móvil para llamar a los padres para recogerlo. Si a alguien se le rompe u olvida la mascarilla, también pueden tener en el bus. Fuimos a la Guardia Civil a poner la denuncia. y luego fui a poner una queja ante Alsa en la estación de autobuses, además de una reclamación ante la Junta Arbitral de Transportes de la Xunta. Esperamos que por abandono de un menor se pueda hacer algo para que esto no le vuelva a ocurrir a ningún niño más”, destaca el padre.

“Siempre lees cosas, aún hace poco en A Coruña salió que un hombre había intentado llevarse a una niña a la salida del colegio. Crees que no te puede pasar a ti, pero si a mi hijo le para un coche y le dice que le lleva un desconocido, y él está asustado porque aún está lejos de casa...” comenta el progenitor.

El compañero y amigo del hijo de Román también ha ayudado en esta denuncia al sacar una fotografía de la matrícula y número del autobús, por lo que en la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil pudieron presentar todos los datos necesarios. “Mi hijo no quería ir a denunciar, tenía miedo de represalias de la conductora, menos mal que ahora hay otro conductor en esta línea”, señala.

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