La ampliación del decreto de Bien de Interés Cultural del pazo de Meirás a los bienes muebles sigue pendiente más de un año después de que el Parlamento instase por unanimidad la incoación de este expediente y pese a que ya se ha celebrado la vista que dirimirá el futuro del mobiliario, obras de arte y piezas etnográficas, arqueológicas o de alto valor histórico que atesora el inmueble.

La demora en proceder a la ampliación del BIC, un trámite que los colectivos memorialistas consideran fundamental para preservar la integridad de este sitio histórico, preocupa al Concello de Sada, que apremia nuevamente a Xunta y Estado a resolver sus discrepancias y dar luz verde ya a la modificación del decreto BIC, un trámite que no supone en ningún caso un reconocimiento de propiedad, pero que obligaría a los Franco a solicitar autorización para trasladar cualquier elemento.

El alcalde de Sada, Benito Portela, alerta de la pérdida irreparable para el patrimonio de este sitio histórico que se derivaría de la desestimación o la estimación parcial de los incidentes de ejecución presentados por el Estado y el Concello sadense sin que los bienes dispongan del escudo BIC.

El regidor muestra además su sorpresa y decepción por el cambio de criterio del Estado que, en contra de lo que había anunciado, no se adhirió finalmente al incidente presentado por el Concello de Sada, la única administración que reclama que permanezcan en As Torres la totalidad de los bienes, salvo aquellos que los Franco demuestren que fueron incorporados con posterioridad a la muerte del dictador. “Sada va a seguir defendiendo en la vía judicial, administrativa y política la integridad del BIC y para eso es fundamental que el Estado y la Xunta muevan ficha y abandonen una actitud pasiva que solo beneficia a los Franco”, apunta Portela.

Como ya informó ayer este medio, el Estado se limitó finalmente a reclamar 133 bienes de los 697 inventariados. El Gobierno avanzó su intención de presentar además una demanda posesoria para reclamar determinadas piezas, pero solo aquellas que considera de Patrimonio Nacional. De desestimarse el incidente del Concello de Sada, el más ambicioso, quedarían totalmente desprotegidos bienes de enorme valor para interpretar este sitio histórico como el mobiliario y obras de arte de la época de Emilia Pardo Bazán o piezas instaladas durante la dictadura, incluida la mesa en la que despachaba el dictador.

La Consellería de Cultura apunta que sigue “trabajando” codo con codo con el Estado en la elaboración del “convenio que habilite a la Comunidad Autónoma para poder ampliar la declaración BIC”, aunque fuentes del Gobierno insisten a este diario en que la competencia es, en todo caso, de la Xunta.

Las diferencias de criterio sobre las competencias no son las únicas que podrían estar detrás del retraso. La Consellería de Cultura apunta también a la existencia de discrepancias de fondo: “Los técnicos se están poniendo de acuerdo en el anexo de bienes que deben formar parte de esa ampliación [del BIC]. Queremos ser optimistas pese a que existen discrepancias sobre cuantos bienes son merecedores de este valor”, apuntan desde el departamento autonómico, que recuerda además que en octubre de 2021 instó ya al Estado a reclamar 49 elementos más del pazo  (29 de ellos de la etapa de Pardo Bazán) sin que el Gobierno haya movido ficha de momento (la Xunta tampoco los reivindicó en la vista judicial).