La ley de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia establece que “los ayuntamientos recogerán los animales domésticos vagabundos y extraviados que deambulen por su término municipal”. En el caso del Concello de Arteixo se ha encontrado con dificultades para cumplir esta disposición porque no ha sido capaz de regularizar el servicio desde 2018, momento en el que tuvo que asumirlo debido a su salida del Consorcio As Mariñas, organismo que se encargaba de la recogida de los animales.
En los últimos cuatro años y medio, el Ayuntamiento sacó a concurso público el contrato en dos ocasiones, sin que ninguna empresa presentase ofertas, con lo que se ha visto obligado a recurrir a contratos menores, es decir, una modalidad en el que la Administración pública selecciona a la empresa que considera oportuna. El problema de este sistema es que la normativa permite usarlo de forma puntual, pero no de forma continuada para un mismo servicio.
Ante esta situación, el Gobierno local señala que tiene previsto iniciar un tercer proceso para normalizar la lacería y que para ello ya cuenta con “un estudio económico”, además de que realizará cambios técnicos para intentar atraer a alguna empresa. También se incrementará el presupuesto.
¿Qué sucede para que ninguna empresa presente ofertas al Ayuntamiento para hacerse cargo de la recogida de los animales en el municipio? La normativa legal cambió en 2017 e introdujo una importante novedad: la prohibición de sacrificar animales recogidos, lo que encarece considerablemente los costes del servicio de lacería al aumentar los tiempos de alojamiento de los animales. Otro problema añadido es que las empresas se encuentran ante una incertidumbre en los gastos que deben asumir al no poder sacrificar a los animales al cabo de un tiempo.
El servicio de lacería del Ayuntamiento de Arteixo ya salió a concurso público en dos ocasiones desde 2018. En ellas ninguna firma se presentó al procedimiento. La “poca competitividad” existente en este sector y los cambios legislativos que prohibieron el sacrificio de los animales son las causas que adujo el Ejecutivo municipal para explicar que la licitación no despertase el interés de ninguna empresa.
En la segunda licitación, que tampoco tuvo éxito, el Gobierno local había aumentado un 140% el importe anual del contrato de lacería, que pasó de los 75.000 euros que estimaba en la primera a 179.875 euros. Pese a esto, el resultado fue el mismo: ninguna empresa se presentó para hacerse cargo del servicio.
Desde 2018 el Concello recurre a contratos menores que se encomiendan a la empresa Servigal para que la lacería funcione. La legislación prohíbe que esta modalidad se repita para un mismo servicio periódico, con lo que el departamento de Intervención emite informes en los que informa desfavorablemente.
