La Opinión de A Coruña

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Claves de la batalla por los bienes de Meirás: ¿qué piezas están a salvo y cuáles siguen en riesgo de mudanza?

El juez solo se pronuncia sobre elementos “inseparables” del pazo | Casi todo el mobiliario y obras de arte del interior de As Torres siguen en el aire | La Xunta pide al Estado que presente la demanda para reclamar 49 piezas más y Sada exige que incluya todos los elementos salvo los incorporados tras la muerte del dictador

Mobiliario y obras de arte de uno de los salones del pazo de Meirás. | // CONCHI PAZ

La Administración General del Estado ha ganado la primera batalla por los bienes del pazo de Meirás. El juzgado ha aceptado casi en su integridad su incidente de ejecución de sentencia, al que se adhirieron la Xunta, Diputación y los ayuntamientos de Sada y A Coruña, pero el alcance de esta resolución es limitado, dado que se ciñe a 132 elementos de los 697 inventariados que reivindicaba el Estado y que la Justicia prohíbe retirar por considerarlos “inseparables” de As Torres. El auto no es firme.

Se trata principalmente de los conjuntos pétreos del jardín (hórreos, cruceiros, esculturas) y de las piezas de la capilla (sarcófagos, lápidas, el retablo, el Cristo de pelo natural, las pilas de agua bendita, el confesionario).

La contienda por los bienes se presume larga.

A continuación algunas claves para no perderse en este proceso judicial.

¿En qué fase se encuentra el proceso?

Está en fase de ejecución de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia que devolvió el pazo de Meirás al Estado. El juez acaba de resolver las cuestiones incidentales planteadas por la Administración General del Estado y el Ayuntamiento de Sada tras el auto de la Audiencia Provincial que tumba el depósito cautelar de los bienes muebles argumentando que estos no habían sido reivindicados por el Estado en su demanda, que se ceñía al edificio y la finca. Lo que ha dirimido ahora el juzgado es qué bienes deben tener realmente la condición de inmuebles, es decir, que forman parte inseparable del pazo de Meirás ya sea porque no pueden retirarse sin provocar daños en el edificio o porque fueron instalados con vocación de permanencia.

¿Qué reclamaba el Estado?

La Abogacía del Estado relacionaba en su incidente 133 bienes que debían considerarse inmuebles por destino (instalados con vocación de permanencia) o por incorporación (que no podían ser trasladados sin provocar un deterioro del inmueble ). El uso del término bienes puede inducir a equívocos, porque la reclamación del Estado figuran elementos como una balaustrada, escalinatas, muros de contención, la pista de tenis, el edificio de los caseros, fuentes y estanques de piedra, hórreos, ventanas balconeras, puertas, cruceiros... La relación incluía también las esculturas y conjuntos pétreos el jardín, los elementos de la capilla y unos pocos del interior de As Torres como vidrieras, chimeneas, lavabos, esculturas o lámparas ancladas a alguna base o muebles librería.

¿Qué defendían los Franco?

De los 133 elementos que reclamaba el Estado, realmente solo 49 eran objeto de disputa con los Franco. Los hermanos Martínez-Bordiu defendían inicialmente su derecho a llevarse 54 objetos, que en la vista rebajaron a 49. Entre ellos, las esculturas del jardín, los blasones y los relojes de sol, los bancos labrados en piedra, las figuras del interior del retablo de la capilla, el confesionario, las pilas bautismales, el Cristo de pelo natural, lavabos, incluso la puerta que da al vestíbulo o el sarcófago que mandó labrar Emilia Pardo Bazán. Basaban su reclamación en una interpretación restrictiva de los bienes que deben tener la consideración de inmuebles y que limitaban a aquellos que no podrían retirarse sin provocar daños, obviando los que por ley adquieren esta condición por haber sido instalados con vocación de permanencia.

¿Qué reclamaba el Concello de Sada?

Su incidente era el más ambicioso. El Ayuntamiento demandaba que permaneciesen en Meirás todos los bienes, salvo aquellos que los Franco acreditasen que habían sido instalados tras la muerte del dictador en 1975. Alegaba que todos los elementos instalados durante la dictadura habían quedado afectos a la Jefatura del Estado y que lo escritura de compraventa de 1938 recogía expresamente que el pazo se había vendido con todos los bienes del interior, por lo que los Franco en ningún caso podían retirar los de la época de Pardo Bazán.

¿Qué resuelve el juzgado?

El juez Francisco Javier García Aponte desestima el incidente del Concello de Sada al entender que excede el objeto de este procedimiento, dado que la Audiencia Provincial ya había cerrado la puerta a discutir en esta fase de ejecución de la sentencia la titularidad de los bienes por no haber sido reclamados por el Estado en su demanda. El juez abre la puerta a que los argumentos que esgrimía el Concello se sustancian en una nueva demanda posesoria.

En su auto, el magistrado se limita a pronunciarse sobre los 49 bienes en discordia entre los Franco y el Estado y concluye que todos deben permanecer en Meirás, salvo unas alfombras pasilleras.

En sus argumentos tiene muy en cuenta su naturaleza de bienes inmuebles por destino, un extremo en el que incidía especialmente Sada y en la que pusieron también el acento los historiadores y expertos en patrimonio que declararon como peritos o testigos del Estado, Xunta y Concello.

¿Qué bienes quedan fuera?

El auto no se pronuncia sobre la mayor parte del mobiliario y las obras de arte que atesoran As Torres, dado que se ciñe a los reivindicados por el Estado. Nada dice sobre bienes tan vinculados a la historia de Meirás como los muebles y piezas de arte de la época de Pardo Bazán, incluida la mesa de la Torre de la Quimera en la que escribió alguna de sus obras más importantes o las sillas bordada por ella. Tampoco se pronuncia sobre los muebles de los salones, los bargueños, piezas de cerámica, los cuadros de Zuloaga, Sotomayor o Bertuchi o la mesa en la que despachaba el dictador.

Emilia Pardo Bazán en la Torre de la Quimera, con la mesa en primer término. EMILIA PARDO BAZAN EN EL PAZO DE MEIRAS EN UNA IMAGEN SIN DATAR, CON LA MESA EN LA QUE ESCRIBIO SUS ULTIMAS OBRAS EN PRIMER TERMINO.

¿Qué pasos plantean ahora las administraciones?

El Estado ya ha anunciado que interpondrá una demanda para reclamar los bienes que considera de Patrimonio Nacional.

El Estado y Xunta se comprometieron también hace más de un año a suscribir un convenio para ampliar el decreto BIC a los bienes vinculados a este sitio histórico, lo que obligaría a los Franco a solicitar autorización para cualquier traslado. Ambas medidas siguen sin plazo.

El Concello de Sada reclamó el viernes celeridad en ambos trámites y defiende que la demanda estatal debe incluir todos los bienes hasta 1975 y no solo los de Patrimonio Nacional.

La Xunta, que evita fijar plazos para el BIC, insta a reclamar 49 elementos.

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