Miño vivió ayer la XXI Feira da Cebola Chata con gran afluencia de vecinos y turistas a los puestos totalmente cargados de este producto propio de la zona, que se vendió tanto en cajas como en los tradicionales racimos, atacadas con los tallos secos. Hubo también actividades culturales y lúdicas con animación musical, talleres gastronómicos y de cestería, exposiciones y una comida popular. El alcalde, Manuel Vázquez, recibió a una delegación de visitantes del municipio valenciano de La Pobla de Vallbona, donde también tiene mucha tradición la cebolla, y anunció la propuesta de un “pacto de hermandad” entre las dos localidades.