Entrar en los jardines de Méndez Núñez de A Coruña es como si el paraíso te diese asilo. Magnolios, un ombú, un ligustrum, un cedro, un tejo, un ginkgo biloba, un diversicolor. Y un gran número de rincones con encanto. En este jardín urbano, entre especies vegetales y aves que encuentran aquí tranquilidad, también hay residentes, personas que están fijas cada día a la misma hora en su rincón favorito. El de Gumersindo Cacheiro, cambrés residente en A Coruña, está cerca de los comederos de aves, a tiro de grava de los rosales. A su alrededor siempre hay pájaros. Palomas torcaces, tórtolas, diminutos gorriones. Le conocen de lejos. “Yo quiero mucho a los animales, aunque ya me he llevado más de una bronca por echarles de comer. Tengo una pensión pequeña, no puedo hacer viajes recreativos, pero si puedo vengo y les doy, me hace feliz”, explica.

–¿Cuáles son sus favoritos?

–Como yo soy pequeño, los gorriones. No me gusta que abusen de los débiles.

“Yo fui emigrante en Alemania, allí trabajé en una fábrica de coches, en una de fundición y en otra de embutidos. Aún me defiendo en alemán. Al volver aquí fui autónomo 32 años, tenía una fábrica de bases de pizza. Tuve una enfermedad muy mala. Ahora estoy bien, muy satisfecho con lo que me dio la vida. Y tengo una mujer que es muy buena conmigo, me quiere un montón aunque no lo merezca”, relata mientras mira con ternura las decenas de aves que le rodean. Al final somos dos repartiendo alimento equitativamente ante las miradas desaprobadoras de los que pasan.

–Gracias, nadie se para, nadie habla con los mayores.

–No, gracias a usted.