El Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS), dependiente de la Xunta, publicó este viernes la aprobación inicial de la ampliación del parque empresarial de A Laracha, que sumará cerca de 333.000 metros cuadrados en su linde norte. Actualmente el polígono cuenta con algo más de 825.000 metros cuadrados de superficie bruta, y la neta es de cerca de 538.000, de acuerdo con su página web. La superficie industrial disponible está aprovechada en un 80%.
A partir de la publicación de este trámite, que se puede consultar en el Diario Oficial de Galicia (DOG) del pasado viernes, se abre un periodo de dos meses en los que lo ciudadanos podrán consultar la información sobre el proyecto en el portal transparencia.xunta.gal o en la página del IGVS, igvs.xunta.gal. También interponer las alegaciones sobre el proyecto que consideren pertinentes. Cuando estas se resuelvan se avanzará hacia la aprobación definitiva.
Los terrenos que se incorporan son en su mayor parte llanos y de “uso mayoritariamente forestal”. La ampliación, indica el Gobierno gallego, “posibilitaría el aprovechamiento de la carretera norte del propio polígono”, que serviría como “vía de acceso y soporte de infraestructuras de servicio” a los nuevos terrenos. Así, razona el Gobierno gallego, se reducirán los costes asociados a la obra.
El polígono está gestionado por la sociedad Suelo Empresarial del Atlántico, que este verano anunció que había adjudicado en lo que llevaba de año 12.633 metros cuadrados en cuatro parcelas. Una de ellas, de 675 metros cuadrados, se vendió en julio a la empresa constructora J. Esmorís e Hijos. El grupo, que pagó unos 45.000 euros, ya cuenta con instalaciones en el polígono que albergan a unos 500 trabajadores.
También este año, la Xunta acordó declarar como iniciativa empresarial prioritaria la construcción de una planta de biometano en el polígono, a cargo de la empresa Bioenergía A Coruña, que prevé una inversión de unos ocho millones de euros. La fábrica manufacturaría gas de fuentes renovables y sus responsables estiman que podrían procesar unas 60.000 toneladas de materia orgánica al año, procedentes en parte de la industria agroalimentaria.
